La concepción evolutiva en el desarrollo de la ecología de los medios y en la teoría de la mediatización:
¿la hora de una teoría general?

The Evolutionary Concept in the Development of Media Ecology and Mediation Theory:
Is it Time for a General Theory?

A concepção evolutiva no desenvolvimento da ecologia das mídias e na teoria da midiatização:
a hora de uma teoria geral?

Mario Carlón1

1 Universidad de Buenos Aires, Argentina.
m_carlon@hotmail.com

Recibido: 2015-07-24
Enviado a pares: 2015-08-02
Aprobado por pares: 2015-09-27
Aceptado: 2015-10-01

DOI: 10.5294/pacla.2015.18.4.7

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Carlon, M. (Diciembre de 2015). La concepción evolutiva en el desarrollo de la ecología de los medios y en la teoría de la mediatización: ¿la hora de una teoría general?. Palabra Clave, 18(4), 1111-1136. DOI: 10.5294/pacla.2015.18.4.7


Resumen

Este trabajo se propone determinar en qué se diferencia el uso que la teoría de la mediatización y la ecología de los medios realizan de la teoría de la evolución. También cómo aparecen en ambas teorías las metáforas acerca de la naturaleza y lo viviente. Finalmente se interroga si no estamos en el momento ideal para intentar una teoría general de la mediatización que vemos como un paso posible dentro de los debates que se abren en medio del actual panorama mediático. Según Marshall McLuhan, los medios generan ambientes que utilizamos y nos afectan. La teoría de la mediatización no ha sido indiferente a esta idea, que es la que motivó durante muchos años la obsesión por la especificidad: ¿cómo los medios masivos construyeron esos ambientes en los que vivimos a lo largo de varias décadas, que otorgaron nuevas posibilidades pero a la vez nos impusieron patrones y límites? ¿Qué características posee el ambiente hipermediatizado actual? En este texto proponemos, entonces, un diálogo denso entre las dos tradiciones teóricas.

Palabras clave

Teoría de la comunicación, ecología de los medios, mediatización, evolución, Marsall McLuhan, Eliseo Verón (Fuente: Tesauro de la Unesco).

Abstract

This work aims to determine how it differs using the theory of mediation and made media ecology theory of evolution. Also how metaphors about nature and living things appear in both theories. Finally it is questioned if we are not in the ideal moment to try a general theory of media coverage, we see it as a possible step that opens discussions within the current media landscape time. According to Marshall McLuhan, the media creates environments that use and affect us. The theory of the media coverage has not been indifferent to this idea, which is what led for many years the obsession with specificity: How has the media built those environments in which we have lived over several decades, which gave new possibilities yet they imposed patterns and limits? What features do the current hyper-mediatized environment have? In this paper, we propose then, a dense dialogue between the two theoretical traditions.

Keywords

Communication theory, media ecology, mediation, evolution, Marsall McLuhan, Eliseo Verón (Source: Unesco Thesaurus).

Resumo

Este trabalho se propõe determinar em que se diferencia o uso que a teoria da midiatização e da ecologia das mídias realizam sobre a teoria da evolução. Também como aparecem em ambas as teorias as metáforas sobre a natureza e o vivente. Finalmente, interroga-se se não estamos no momento ideal para tentar uma teoria geral da midiatização que vemos como um passo possível dentro dos debates que são abertos no atual panorama midiático. Segundo Marshall McLuhan, os meios geram ambientes que utilizamos e afetam-nos. A teoria da midiatização não tem sido indiferente a essa ideia, a qual motivou durante muitos anos a obsessão pela especificidade: como os meios massivos construíram esses ambientes nos quais vivemos ao longo de várias décadas, que outorgaram novas possibilidades, mas, ao mesmo tempo, nos impuseram padrões e limites? Quais características o ambiente hipermidiatizado atual possui? Neste texto, propomos, portanto, um diálogo denso entre as duas tradições teóricas.

Palavras-chave

Teoria da comunicação, ecologia das mídias, midiatização, evolução, Marsall McLuhan, Eliseo Verón (Fonte: Tesauro da Unesco).



Introducción

Nos proponemos reflexionar sobre desarrollos recientes de dos importantes perspectivas: la ecología de medios, de origen anglosajón pero que está viviendo un nuevo impulso en Iberoamérica,2 y la de mediatizaciones, fundada en la década de 1980 por Eliseo Verón. Ambas teorías se encuentran en un momento singular. Las mediatizaciones han generado un nuevo interés en estos últimos años, debido a que en su último libro La semiosis social 2: ideas, momentos interpretantes (2013) ha tomado posición por una perspectiva diferente de la que propuso en su clásico La semiosis social: fragmentos de una teoría de la discursividad (1987), en el que estableció un paradigma sociosemiótico. Este Verón "recargado" no ha abandonado muchos resultados de esa reflexión, pero ha asumido decididamente una perspectiva no antropocéntrica3 que lo ha llevado a realizar un ambicioso intento de integración entre su teoría de análisis de discursos sociales y la de la evolución.

Por otro lado, desde la perspectiva ecológica de los medios, Carlos A. Scolari (2013) ha retomado en un artículo reciente, "Media evolution: Emergence, dominance, survival and extinction in the media ecology", una perspectiva evolutiva. Lo ha hecho a partir de una historia de las mediatizaciones, problemática que, como es sabido, no ha sido ajena tampoco, de ningún modo, a los intereses de Eliseo Verón (de hecho Verón narró ya en varios artículos fundacionales una historia de cómo el proceso se desarrolló en la era de los medios masivos)4.

Nos interesa principalmente una cuestión: el lugar de la teoría de la evolución en ambas perspectivas e historias sobre medios. La pregunta que en este artículo nos hemos formulado es la siguiente: ¿en qué difiere el vínculo con la teoría de la evolución que viene desarrollándose desde una teoría no antropocéntrica de la mediatización del planteamiento evolucionista que en la ecología de los medios acaba de retomar Carlos A. Scolari? Este tema, que admite varios enfoques, será tratado aquí a partir de una propuesta de Scolari: la de reflexionar sobre el lugar de las metáforas en los discursos científicos, con lo cual podemos precisar aún más la pregunta que motivó este artículo: ¿qué uso de las metáforas evolutivas despliega cada perspectiva? Y quizá aún mejor: ¿en qué nivel trabaja el uso metafórico de la teoría de la evolución que pone en juego cada teoría? Es decir: ¿para dar cuenta de qué procesos es utilizada? Creemos que desentrañar puntos de acuerdo y desacuerdo entre distintas teorías de las mediatizaciones en un momento en el que el interés por el campo ha renacido constituye una tarea primordial.

Pero este artículo no trata solo este tema. La revisión comparativa de las dos teorías permitió advertir que, más allá de algunas polémicas que se han suscitado entre ecología de los medios y la semiótica a partir de diferencias existentes, también hay diagnósticos y conceptos en común. El hecho de haber "despejado", aunque sea rudimentariamente, el ruido que producen los diferentes usos de las metáforas que caracterizan a cada perspectiva, fue dejando a la luz zonas de contacto (conceptualizaciones, modos de pensar problemas, diagnósticos, etcétera) que finalmente habilitaron la emergencia de otra pregunta, probablemente nunca formulada: ¿es posible construir a partir de aspectos compartidos de estas dos perspectivas una teoría general de la mediatización? Si hay un momento propicio para intentar esta acción, no tenemos dudas de que es hoy, cuando ambas coinciden en que vivimos en la era de "fin" de los medios masivos, y a partir de esta circunstancia excepcional se han abocado a discutir no solo cuáles son sus alcances y límites, sino también si es posible narrar, según el cambio de era que estamos viviendo, la historia de la mediatización de modo distinto.

Dicho esto solo me resta afirmar para terminar esta introducción, que mi punto de vista no es distante de estos autores y las problemáticas que tratan. Por un lado, trabajo desde hace años en las mediatizaciones, y soy partidario, al igual que Verón, de una perspectiva no antropocéntrica. Por otro lado, he escrito libros con Carlos A. Scolari, como El fin de los medios masivos: el comienzo de un debate, con la participación de Verón en el que insistimos en un prólogo que escribimos juntos en la crisis de los medios masivos (Carlón y Scolari, 2009, pp. 7-11), con lo cual entiendo que este escrito es, de algún modo, una continuidad del diálogo iniciado hace algunos años con estos autores/amigos (aunque con Eliseo será ya solo con los textos que produjo).


Las metáforas en la ecología de los medios

Desde hace un tiempo Carlos A. Scolari (2004, 2008, 2013, 2015) viene llamando la atención sobre el lugar de las metáforas en distintos tipos de discursos, cotidianos y científicos. Su argumento es semejante al que vienen sosteniendo muchos filósofos, semiólogos, psicoanalistas e investigadores, aunque no siempre es recuperado en los textos sobre medios y comunicación: que las figuras retóricas no son solo un adorno, sino que son claves para "entender el mundo que nos rodea".5 Lo importante aquí es que "ocupan un papel central en nuestra concepción de las tecnologías" (Scolari, 2015, p. 27).

La reflexión sobre las metáforas es muy fuerte en la ecología de los medios. Probablemente por el uso que ha realizado de esta figura desde su fundación, la ecología de los medios ha sido muy consciente de su lugar en el discurso científico.6 Scolari (2013, 2015) recuerda que hay dos metáforas fundamentales en la ecología de medios para comprender los medios de comunicación: como especies y como ambientes. La idea de que los medios generan ambientes y de que esos ambientes afectan a los sujetos que los utilizan es, como se sabe, una de las más importantes formuladas por Marshall McLuhan, y ha dado origen a distintas lecturas. De acuerdo con esta concepción, que defendió en diferentes escritos, los medios son más importantes que, por ejemplo, los contenidos: "Las sociedades siempre han sido moldeadas más por la índole de los medios con que se comunican los hombres que por el contenido mismo de la comunicación" (McLuhan y Fiore, 1995 [1967], p. 8).

Cómo evaluar la obra de McLuhan y esos efectos a los que hace referencia siempre ha sido tema de discusión. Umberto Eco (1986 [1967]), por ejemplo, llegó a expresar que McLuhan era un "hiperintegrado". Pero no es esta la única lectura que habilitó: autores como Nicholas Carr (2011 [2010]) han sostenido, apoyándose en esta misma idea de McLuhan, una concepción apocalíptica sobre Google. Entre otros aspectos, señala Carr, el contacto cotidiano con la web ha debilitado su capacidad de concentración y contemplación.7

La segunda metáfora dice que los medios son especies y que como especies no están aislados unos de otros. Es, tal como la llama Scolari (2015, p. 30), la metáfora intermedial, que se apoya en la idea de que los medios interactúan entre sí, que también estaba presente en McLuhan. Esta metáfora, en la que nos vamos a concentrar luego, ocupa un lugar muy importante en la propuesta evolutiva que tras su amplia revisión de la ecología de los medios Carlos A. Scolari acaba de retomar. Pero antes de detenernos en ella, veamos cómo la perspectiva intermedial también ocupó a su modo un lugar central en la perspectiva de las mediatizaciones.


Sistema: el desarrollo de la metáfora intermedial en la teoría de la mediatización

Aunque entre ambas perspectivas hay diferencias, también hay importantes puntos de contacto que merecen ser destacados. La idea de que los medios tienen relaciones entre sí y de que no deben pensarse por separado, a la que lleva la metáfora de los medios como especies, también está presente en la teoría de la mediatización, pero bajo otra conceptualización: la idea de sistema. Ya en su clásico "El estudio semiológico del lenguaje cinematográfico", Christian Metz (1974) comparó el lenguaje cinematográfico con otros en búsqueda de una definición. Y la forma de llegar a esa definición no era otra que la comparación sistemática, que formulada en esos años bajo el imperio del lenguaje proveniente de la lingüística adquiría la denominación conmutación: de lo que se trata, dice Metz, es de "establecer, mediante conmutación de los lenguajes entre sí, rasgos pertinentes de la materia del significante" (p. 41).8 La idea que motivaba ese análisis no era otra que determinar la especificidad de cada lenguaje, pero a partir de la idea de que cada lenguaje no posee una esencia que lo identifique, sino que puede compartir ciertos rasgos con otros. Rasgos que habilitan, por supuesto, las influencias y la interacción discursiva.

Permítaseme ejemplificar con trabajos realizados por qué la concepción intermedial vía el análisis sistémico ha sido tan crucial en estos años. En poco tiempo, pasamos de dedicar estudios a cada medio o lenguaje en particular (trabajos como el de Metz que acabo de citar) a detenernos en relaciones intermediáticas, como "de lo cinematográfico a lo televisivo",9 para ocuparnos luego del sistema técnico indicial (de los medios masivos) y, finalmente, de su crisis. Este es uno de los caminos (no digo que fue el único) por el que pasamos de discutir el "fin" de cada medio, propuesta realizada por Verón sobre la televisión por primera vez en 2006, a diagnosticar la crisis del sistema. ¿Por qué? Por distintos motivos, pero uno central es que en algún punto del camino intuimos que los diagnósticos sobre el "fin" de cada medio en particular ya no eran explicativos o que terminaban en un "callejón sin salida" (Carlón, 2012a), y que para comprender lo que estaba sucediendo con cada medio había que identificar lo que le sucedía al conjunto. Y hoy no solo nos encontramos discutiendo las características del nuevo "sistema de mediatización" de acuerdo con las redes e internet, sino las relaciones entre ambos sistemas, el de los medios masivos y el de los nuevos medios (Carlón, 2012a, 2012b).


Los medios como ambientes y el diagnóstico de una progresiva mediatización de la vida social

También es posible decir que la otra gran metáfora mcluhaniana, la que considera los medios como ambientes, ha tenido un correlato en la teoría de la mediatización. ¿Qué otra idea podía motivar la obsesión por la especificidad que la de que los medios y lenguajes imponen condiciones en producción y reconocimiento y, por consiguiente, era necesario establecer con qué específica discursividad y materialidad lo hacen?

Pueden darse muchos ejemplos de lo que estamos señalando, pero sigamos con Verón. Al menos desde Construir el acontecimiento: los medios de comunicación masiva y el accidente en la central nuclear de Three Mile Island (1981), es claro que para la teoría de la mediatización los medios no solo "reflejan" la realidad, sino que producen sentido. Recordemos la tesis de Verón de principios de la década de 1980 cuando sostiene que se está viviendo el pasaje de una sociedad mediática a una en vías de mediatización: en una sociedad mediática, que es en la que se vivía hasta ese momento, se considera que los medios, bien o mal, "reflejan a la sociedad" (Verón, 2001b [1984], p. 15). En cambio, en una sociedad en vías de mediatización, que es la que Verón trataba entonces de describir, "las instituciones, las prácticas, los conflictos, la cultura, comienzan a estructurarse en relación directa con la existencia de los medios" (Verón, 2001b [1984], p. 15). Este diagnóstico solo pudo producirse si en cierto sentido se consideró que los medios creaban "ambientes" a los que debían adaptarse las prácticas sociales. El reconocimiento, en la década de 1980, de la existencia de esos ambientes, hizo que se produjeran cambios largamente comentados (y criticados): por ejemplo, la emergencia de la "videopolítica".10


La teoría evolutiva en la ecología de los medios

Concentrémonos, ahora sí, en la perspectiva evolutiva de la ecología de los medios. Siguiendo "The natural life cycle of new media evolution: Intermedia struggle for survival in the internet age", trabajo de los investigadores de la Bar-Ilan University Lehamn-Wilzig y Cohen-Avigdor (2004), Carlos A. Scolari (2013) retoma en "Media evolution: Emergence, dominance, survival and extinction in the media ecology" una singular propuesta para pensar la historia de los medios. Según esta formulación, que se apoya en la idea de los medios como especies que interactúan entre sí, habría ciclos en la vida de los medios. De acuerdo con los postulados de Scolari,11 que sintetiza las fases propuestas por Lehman-Wilzig y Cohen Avigdor, el ciclo de cada medio sería el siguiente: emergencia, dominancia, supervivencia y extinción.

Esta propuesta trabaja también sobre metáforas, que en este caso están claramente inspiradas en los ciclos de vida de las especies: una metáfora construida para explicar desarrollos de la historia natural es utilizada en la teoría e historia de los medios. Esta figura, que es una de las más importantes de la historia, había sido aplicada a otros fenómenos, como los estilos12 (se hizo referencia muchas veces a momentos de nacimiento, desarrollo y decadencia o muerte), pero menos a medios o tecnologías. Así la propuesta retomada por Scolari abre una nueva ventana en la línea de reflexión que en su momento nos propusimos instalar con El fin de los medios masivos: el comienzo de un debate. No porque la metáfora de la muerte (extinción) sea totalmente nueva, sino porque invita a pensar en qué medida estos ciclos naturales también se dan en la historia de los medios.


Metáforas y teoría de la mediatización: ¿pueden los medios renacer?

Por mi parte, tiendo a considerar muy atractiva la idea de la perspectiva evolutiva de los medios, dado que creo firmemente que vivimos en la época de fin de los medios masivos históricos. Para ejemplificar lo que estoy expresando, comento rápidamente un señalamiento que he realizado en un trabajo reciente, dedicado a la fotografía en la red con una metáfora que también tiene una larga historia en la cultura occidental: la del renacimiento.

Es posible sostener que la fotografía está viviendo un renacer en la red (Carlón, 2014b). Este "renacimiento" se debe a que es notable cómo parece haberse convertido, de repente, en el principal contenido con imágenes (incluso más que los audiovisuales) que se intercambia en las redes sociales. Esta idea parece chocar con la de ciclos de vida: luego de su extinción, los medios podrían volver a la vida, a renacer. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿esta fotografía es la misma que emergió en el siglo XIX y gozó de buena salud hasta la década de 1990? Creemos que no: afectada, por un lado, por las nuevas condiciones de circulación (en las redes, en manos de otros enunciadores, sometidas a otros fines, etcétera) y alterada, por otro, en su dispositivo de base por la digitalización (es decir, sometida a un código numérico que ha puesto en discusión permanente su régimen de creencia indicial) sería abusivo, desde nuestro punto de vista, decir que es la misma. La que hoy nos enfrentamos día a día cuando recibimos un mensaje de wasap, abrimos Facebook, retuiteamos una imagen de los medios masivos que nos gusta o nos tomamos una selfi no es aquella de la cual se decretó su muerte hace algunos años (al menos en la década de 1990). Es decir que la idea del renacimiento es principalmente una metáfora que apliqué con el objetivo de dar cuenta del proceso que en la actualidad estamos viviendo: la que ha renacido parece la fotografía histórica, pero es otra. Metáfora útil para dar cuenta del proceso actual porque aceptando el discurso social (que se refiere a ella como fotografía, aunque sea digital, esté tomada con un celular y circule por las redes) permitió referirse a la "nueva fotografía", pero no puso en discusión que un ciclo, el de la fotografía histórica, ha concluido.

Es más, bien pensada, la metáfora del renacimiento puede ser mucho más útil de lo que pensaba cuando me referí a la fotografía en la red, en una época en la que nos hemos saturado de los prefijos post. Tomemos otro ejemplo: la televisión. Desde que se consolidó en los medios y en el ambiente académico el debate sobre el fin de la televisión, se sucedieron discursos que sostienen que la televisión no ha muerto, que se ha adaptado a la convergencia con las redes y que, por consiguiente, los debates sobre su fin estaban equivocados. Es cierto que cuando dimos ese debate en 2009 no se había producido aún la convergencia con Twitter, por ejemplo, y era, mucho más evidente que ahora que estábamos ante el fin de una era que había durado aproximadamente sesenta años. Pero no estábamos equivocados: la "nueva televisión" es muy distinta de la que murió, tan distinta como ese aparato que conocimos durante décadas como televisor lo es de un Smart TV. Los Smart TV con conexión a internet y amplio acceso a YouTube y Netflix ya no son, en sentido estricto, televisores. Del mismo modo que el on demand es un proceso muy distinto, incluso inverso al que caracterizó históricamente el visionado televisivo con la grilla de la institución emisora. Por eso, podemos utilizar la metáfora del renacimiento de la fotografía o de la televisión: porque asume que hubo una muerte. Es mucho más precisa que su negación.


El uso de la teoría de la evolución en las perspectivas no antropocéntricas de la mediatización

En los últimos años, algunos autores que trabajamos en el campo de la teoría de las mediatizaciones comenzamos a adoptar como marco un paradigma "no antropocéntrico". En el caso de Eliseo Verón, este giro es evidente en escritos como "Claude Lévi-Strauss y el fin del humanismo" (2009) y en su último libro La semiosis social 2: ideas, momentos, interpretantes (2013), en cuyo capítulo dedicado a Lévi- Strauss, luego de analizar la prohibición del incesto, sostiene que "la Naturaleza produce la Cultura, es decir, que la Cultura es un fenómeno Natural" (p. 79).13 Con decidida vocación epistemológica, Verón se sumergió en los últimos años de su vida en este tipo de reflexión, y trató así temas como la relación naturaleza-cultura, el origen del lenguaje y de la mediatización.

Mi interés por una perspectiva no antropocéntrica de la mediatización no partió de un interés epistemológico en sí mismo, sino que fue consecuencia directa del estudio de los dispositivos y lenguajes de los medios de comunicación masiva. Por sobre todo de aspectos que los análisis habituales iban dejando de lado. Aunque los trabajos en los que se me fue presentando este tema son anteriores (Carlón, 2002a, 2004b), quizá no esté mal decir que la problemática estalló cuando me aboqué al estudio del directo televisivo como lenguaje y me pregunté por qué el discurso producido por la toma directa no podía enunciar flashbacks ni flashforwards (Carlón, 2006a). La respuesta a la que llegué es que se debe a la unidad de lo viviente14 que no solo engloba tanto a plantas como a animales, sino también a los seres humanos y a algunos discursos, como el de la toma directa televisiva. Esa es la razón por la que no puede enunciar flashbacks ni flashforwards: una vez que ese discurso fue capaz de capturar la vida, quedó atenazado con las mismas restricciones que afectan a lo viviente, entre ellas, la irreversibilidad del tiempo y de la vida. Esta interpretación explica ese discurso, que ha producido las mayores audiencias de la historia. No había posibilidad de dar una respuesta satisfactoria a los problemas que plantea esta discursividad sin realizar un acercamiento a la teoría de la evolución. Es un uso de la teoría de la evolución semejante al de Verón, aunque distinto y, por sobre todo, diferente del que pone en juego la ecología de los medios. En el próximo ítem, trataremos de delimitar con mayor precisión en qué reside esa diferencia. Y nos interrogaremos si pese a ella es posible avanzar a partir de problemáticas comunes con la ecología de los medios camino a una teoría general de la mediatización.


Usos de las metáforas y teoría de la evolución: ¿hacia una teoría general?

Nos propusimos en este trabajo desarrollar un análisis comparativo entre dos importantes teorías de los medios, que han presentado a lo largo de la historia poco diálogo entre sí. Estos paradigmas han tendido a ignorarse o criticarse, destacando las diferencias que los caracterizan (Umberto, 1986 [1967]; Verón, 1999, pp. 97-101). Son diferencias que existen y no es nuestra pretensión negarlas. Pero creemos que esa relación no es la única que puede establecerse entre ambas: hay mucho más en común de lo que corrientemente se supone. Y hay mucho por ganar: qué importante sería consensuar algunos acuerdos mínimos, máxime si estos acuerdos ya existen en los textos. Pero para que esas semejanzas se adviertan hay algunas tareas que realizar y velos que descubrir.

La primera es detectar, más allá de las diferencias terminológicas, los conceptos de base, los métodos analíticos y los diagnósticos compartidos. Es una de las tareas que nos propusimos en este trabajo, con el que pretendemos dar, como se verá enseguida, unos primeros pasos en esa dirección. Nuestra tesis es que si "despejamos" el ruido terminológico que se establece a partir de nominaciones diferentes para conceptos o procedimientos analíticos semejantes, podremos dar pasos que nos permitirán avanzar. Por eso, nos pareció interesante retomar el análisis de las metáforas. Porque con ellas se puede aclarar, por ejemplo, el uso que cada teoría configura de la teoría de la evolución; más ahora que la teoría de la mediatización ha optado por un enfoque no antropocéntrico.


Semejanzas y diferencias entre un discurso que tiende al grado cero y otro metafórico

Es probable que la diferente presencia de las metáforas sea, entonces, una de las razones de la falta de diálogo entre estas dos perspectivas. Por un lado, la ecología de los medios, que desde los primeros e importantes textos de Marshall McLuhan trabaja fuertemente con metáforas: medios "fríos" y medios "calientes", el medio es el mensaje, medios como especies y como ambientes, etcétera.15 Una concepción que confía en que las metáforas son útiles para comunicar, expresan las ideas de modo sintético y contundente y, cuando son buenas, nadie las olvida.16

Por otro, la teoría de la mediatización, que opera en lo retórico en una dirección opuesta. Porque es como si los que trabajamos en este campo tuviéramos una concepción diferente respecto de las metáforas, semejante a la que ha sostenido Susan Sontag (2013): "La buena escritura tiene que ver con la depuración de las metáforas" (p. 72). Esta es la razón por la que la mayoría de los principales conceptos y formulaciones fueron expuestos en un lenguaje descriptivo: la construcción del acontecimiento, el pasaje de una sociedad mediática a una mediatizada, el fin de los medios masivos, el fin de la historia de un mueble, la metatelevisión, el pasaje sintagmático de lo cinematográfico a lo televisivo, el directo es parte de un régimen enunciativo que lo excede, etcétera.

Una diferencia que se continúa y se actualiza hoy con la apelación que cada perspectiva realiza a la teoría de la evolución. A los autores de la ecología evolutiva los conceptos de la teoría de la evolución parecen servirles principalmente como fuente de metáforas: los medios tienen ciclos de vida como las plantas, los animales, el mundo biológico, etcétera. En cambio, desde la teoría de la mediatización, evitamos este tipo de operación y la convocamos para otorgarnos marcos legitimantes y explicativos del análisis que realizamos sobre los vínculos entre ciertos procesos de producción de sentido mediáticos y la naturaleza (o, como suele decirse ahora, lo viviente).

¿A qué se debe esta diferencia? En parte a que, si bien la teoría de la mediatización nació en la posmodernidad, una de sus caras fundamentales sigue siendo un ideal modernista y cientificista que proviene del impulso de la lingüística, la primera semiología y la recuperación de la obra de Peirce: un ideal al que le producen urticaria las metáforas.17 Y que cree, como diría Susan Sontag, que las metáforas no solo permiten pensar y abrir el sentido, sino también clausuran e imponen límites:

Las metáforas son centrales para pensar; se las puede usar, pero no hay que creerles. Hay que saber que son ficciones necesarias, o quizás ficciones no necesarias. No me imagino pensamiento alguno que no tenga sus metáforas implícitas, pero el hecho de que las tenga revela sus límites. Y a mí siempre me atraen los discursos que expresan ese escepticismo y van más allá de las metáforas para llegar a algo claro y transparente, o al grado 0 de la escritura, para usar la frase de Barthes (Sontag, 2013, pp. 73-74).

Es importante lo que expresa Susan Sontag. Por un lado,, porque da un buen argumento acerca de por qué ciertos proyectos de conocimiento desconfían de las metáforas. Y, por otro, porque reconoce que, sin embargo, en cierto nivel, es inevitable usarlas.18 Así, si bien la teoría de la mediatización no construye metáforas a partir del ciclo natural, no nos habla, por ejemplo, de nacimiento, desarrollo y muerte de los medios, lo cual no implica que sea un discurso totalmente "blanco", grado cero, desprovisto de metáforas porque todo discurso, incluso los que tienden al grado cero, posee metáforas (también la teoría de la evolución o de la relatividad, etcétera).

Veamos un ejemplo tomado de la teoría de la mediatización reciente. Esta teoría evita, como dijimos, hablar de "muerte" de los medios masivos, y si en algún momento lo hace, aclara inmediatamente que está utilizando una metáfora, pero que esa metáfora es solo un recurso táctico, transitorio, expositivo. Pero no solo eso: aunque intente evitar esta figura, también la utiliza porque como todo discurso instaura, en algún nivel, una dimensión figural, no puede evitar los efectos de sentido que, en definitiva, produce toda discursividad: el diagnóstico sobre el fin de los medios masivos es también, en algún nivel, una metáfora. Una figuración que trata de captar y sintetizar el fin de una era, el colapso de un régimen hegemónico de dominancia. Y para hacerlo no puede evitar sustituir un proceso histórico complejo, múltiple, que tiene muchas aristas, con un enunciado cuyo sentido puede interpretarse de distintas formas. Lo sé muy bien porque lo aprendí en los seminarios que he dictado en estos años: muchas de las resistencias que el diagnóstico sobre el fin de los medios masivos despierta se deben a cómo se interpreta, en definitiva, ese "fin". Porque ¿qué quiere decir, en definitiva, el fin de algo? ¿Hasta dónde debe llegar un proceso para que hablemos de extinción? Por ejemplo, en la televisión, ¿a partir de qué número de caída de las audiencias históricas estamos autorizados a hablar de su fin? ¿Qué quiere decir esta proposición? ¿Que no habrá más canales ni instituciones emisoras? ¿Que un día desaparecerán como los dinosaurios? ¿O que su fin será como el de la Edad Media, cuyo régimen feudal ya no es el de los países centrales, pero que aún está presente en muchas economías (por no hablar de las prácticas religiosas, que adaptadas y transformadas no solo sobreviven, sino que parecen no dejar de expandirse en el siglo XXI)?, etcétera.

Entonces, ¿cuál es el camino del conocimiento? ¿Hay uno mejor y otro peor? Personalmente, creo que hay un tiempo de las metáforas y otro de su deconstrucción que, por supuesto, también puede darse de modo inverso: primero análisis desprovistos de metáforas, luego procesos de metaforización. No hay, en este nivel, recetas mágicas. Cuando McLuhan propuso muchas de sus más célebres metáforas, no solo se estaba poniendo acento en la importancia de los medios, sino que se estaban abriendo nuevos caminos a la reflexión. Luego se advirtió que muchos conceptos y análisis de McLuhan tenían límites (la crítica a la noción de medio de Eco, la de Verón a la idea de que la televisión es un medio "frío", etcétera). Hoy, nuevas metáforas, como la de que los medios evolucionan o de que pueden, luego de morir, renacer, pueden ayudarnos a pensar nuevos problemas, situaciones, soluciones.

Por eso, señalamos que explicitar el uso de las metáforas que cada teoría realiza puede contribuir a establecer puentes de diálogo. Comprender y aceptar desde la ecología de los medios el camino de la depuración de metáforas de la teoría de la mediatización, y desde la teoría de la mediatización el impactante discurso metafórico de la ecología de los medios, interrogándose cada teoría qué hay más allá de aquello que las diferencia, puede ser un interesante paso a dar.


¿Un camino hacia una teoría general?

La otra operación que puede colaborar para establecer puentes de diálogo entre ambas teorías es, como adelantamos, la detección de semejanzas, de los conceptos básicos, de los diagnósticos y los métodos analíticos compartidos. Veamos algunos ejemplos de lo que estamos expresando.


La mediatización

Quienes recuerdan "El cogito interruptus" (1986 [1967]), de Umberto Eco, probablemente pensarán que la diferencia acerca de lo que es un medio para el semiólogo italiano y el investigador canadiense es irreconciliable y, por lo tanto, así debería ser eternamente la relación entre ecología de los medios y la semiótica. Sin embargo, es notable que tanto para McLuhan como para Verón la mediatización consiste, ante todo, en un proceso de cambio de escala: "'el mensaje' de cualquier medio o tecnología es el cambio de escala ritmo o patrones que introducen en los asuntos humanos" (McLuhan, 2009 [1964], p. 32). Y que a su vez, una de las más claras definiciones de Verón (2001a) del proceso de mediatización, en la que distingue, a partir del modelo de Peirce, procesos de cambio de escala de las que denomina rupturas de escala, ofrece un lenguaje semejante al de McLuhan:

Si la descontextualización es típicamente resultado de la existencia de soportes materiales autónomos, la mediatización del lenguaje (en sociedades que ya eran sociedades con escritura sobre soportes autónomos mucho antes de la aparición de la imprenta) ha sido el primer factor fundamental de complexificación creciente de las sociedades, ese factor que Goody llamó la "razón gráfica". Ella introduce una serie de fenómenos que podemos llamar cambios de escala. La mediatización de las operaciones primeras y segundas, es decir, de las representaciones icónicas y del contacto indicial, produce en cambio lo que llamaremos rupturas de escala. Hablamos de ruptura porque la mediatización de la primeridad y de la secundidad introduce en un nivel colectivo operaciones que antes sólo eran posibles en el contexto inmediato de la semiosis interindividual: cuando el susurro pasional del amado en el oído de la amada, es visto en gran plano y escuchado por varios millones de personas, estamos ante un fenómeno de ruptura de escala. Los medios modernos, llamados durante mucho tiempo "de masas", son dispositivos de ruptura de escala (2009 [1964], p. 132).


El análisis intermedial

En este punto, el hecho de que ambas teorías utilicen la misma metodología no es un hecho menor: aunque la ecología de los medios lo haga a partir de la metáfora de las "especies" y la de las mediatizaciones trabaje basada en la noción de 'sistema', no hay dudas de que el análisis intermedial es uno de los pilares en los que ambos modelos analíticos se apoyan, además de que es el que más fecundo se ha mostrado en estos años para conceptualizar el momento que estamos viviendo: de crisis de los históricos medios masivos y de emergencia de un nuevo sistema de mediatización.


El diagnóstico

Los medios como ambientes y el proceso de mediatización progresivo de la vida social. Los medios generan ambientes, según McLuhan, que utilizamos y nos afectan. Pero, como vimos, la teoría de la mediatización no ha sido indiferente a esta idea, que es la que motivó durante muchos años la obsesión por la especificidad: ¿cómo los medios masivos construyeron esos ambientes en los que vivimos a lo largo de varias décadas, que otorgaron nuevas posibilidades pero a la vez nos impusieron patrones y límites? ¿Qué características posee el ambiente hipermediatizado actual? Preguntas como estas seguramente nos encontrarán a muchos trabajando juntos.

El "fin" de los medios masivos. Hemos comprobado en este trabajo que es algo en lo que coinciden actualmente la teoría de las mediatizaciones y la evolutiva de los medios. Este hecho puede constituirse, también, en una oportunidad. O, al menos, en un hecho a partir del cual reflexionar. Si autores que trabajamos en campos tan diferentes, y que hemos tenido tan pocos diálogos fructíferos entre nosotros, hemos acordado este diagnóstico, por algo será, ¿no?

Definiciones conceptualmente semejantes, metodologías en común, diagnósticos compartidos: ¿quién se atreve a decir que el sueño de una teoría general de la mediatización es inalcanzable?


2 Como se advierte tras la publicación de volúmenes como Ecología de los medios: entornos, evoluciones e interpretaciones (Scolari, 2015), Leer a McLuhan hoy (Trilnick y Speziale, 2014) o Lo que McLuhan no predijo (Vizer, 2014).

3 Un paradigma no antropocéntrico es aquel que no considera lo humano tanto en lo individual como en lo social como único productor de sentido. Un desarrollo de esta perspectiva, que ha incorporado la vida (o lo viviente) como objeto de estudio, pone el acento en que no considera al ser humano aislado de su ambiente natural, entiende que la identidad humana no es solo una cuestión cultural, en el sentido en que suele decírselo cuando se separa cuerpo y alma, o se deja de lado su dimensión biológica (Schaeffer, 2009 [2007]); Verón, 2009, 2013; Carlón, 2008a, 2009). Otros desarrollos plantean que vivimos en un mundo en el que desde la revolución industrial las máquinas producen sentido por sí mismas (más desde la revolución informática) y no son solo un instrumento que los humanos utilizamos (Carlón, 2008a).

4 Así, por ejemplo, en La mediatización (1995 [1986]), dice: "La mediatización comenzó con la escritura, en el orden simbólico. A grandes rasgos, en lo que hace al verdadero fenómeno de masas, comenzó con la prensa en el siglo XVIII. Y, poco a poco, se fueron incorporando los otros regímenes de la significación: el iconismo, la fotografía, el cine, etcétera. En el fondo, este nivel (el indicial), que es más arcaico, es el que se mediatizó más tarde, porque creo que la televisión es la mediatización del contacto" (p. 92). Personalmente, otorgué una versión de la historia de la mediatización en "Ataque a los poderes, medios 'convergentes' y 'giro' antropocéntrico: el nuevo escenario con base en internet" (Carlón, 2013a).

5 Así, por ejemplo, Robert Nisbet señala: "La metáfora no es un simple recurso gramatical, una mera figura retórica; es decir, esto no constituye su plenitud. La metáfora es una vía de conocimiento, una de las más antiguas, más profundamente arraigadas y casi indispensables conocidas en la historia del pensamiento humano" (1979 [1976], p. 55).

6 Decía ya Neil Postman (2015 [2000]) en su famosa conferencia "El humanismo de la ecología de los medios", con la que inaugura la primera convención de la Asociación de Ecología de los Medios: "Quizás les sorprenda saber que una metáfora biológica es lo que guiaba nuestra primera consideración sobre el tema. Recordarán, de cuando leyeron por primera vez sobre la placa de Petri, que un medio se definía como una sustancia dentro de la cual crece una cultura. Si sustituyen la palabra 'sustancia' por la palabra 'tecnología', la definición permanecería como un principio fundamental de la ecología de los medios. Un medio es una tecnología dentro de la cual crece una cultura; es decir, moldea la política de esa cultura, su organización social y sus formas de pensar habituales" (p. 98).

7 Expresa Carr: "Yo también puedo sentirlo. Durante los últimos años he tenido la sensación incómoda de que alguien, o algo, ha estado trasteando en mi cerebro, rediseñando el circuito neuronal, reprogramando la memoria. Mi mente no se está yendo —al menos que yo sepa— pero está cambiando. No pienso de la forma en que solía pensar. Lo siento con mayor fuerza cuando leo. Solía ser muy fácil que me sumergiera en un libro o con un artículo largo. Mi mente quedaba atrapada en los recursos de la narrativa o los giros del argumento, y pasaba horas surcando vastas extensiones de prosa. Eso ocurre pocas veces hoy. Ahora mi concentración empieza a disiparse después de una página o dos. Pierdo el sosiego y el hilo, empiezo a pensar qué otra cosa hacer. Me siento como si estuviese siempre arrastrando mi cerebro descentrado de vuelta al texto. La lectura profunda que solía venir naturalmente se ha convertido en un esfuerzo" (2011 [2010], p. 17).

8 Para demostrar su tesis, Metz (1974) distingue por la naturaleza física del significante cinco lenguajes: fotografía, fotonovelas, historieta, cine-televisión y radiofonía. Lo que demuestra es que, antes de tener cada uno una esencia, "mantienen entre sí relaciones lógicas netamente más complejas de lo que el sentido común imagina" (p. 40), de inclusión, exclusión e intersección. Dice Metz: "Exclusión: los dos lenguajes no tienen en común ningún rasgo pertinente de la materia de la expresión; ejemplo: fotografía/radiofonía. Inclusión: uno de los lenguajes posee todos los rasgos materiales del otro y además rasgos que el otro no posee; ejemplo: el cine 'incluye' la obra de teatro radiofónica. Intersección: los dos lenguajes poseen ciertos rasgos físicos en común pero cada uno de ellos posee rasgos que el otro no posee" (p. 41).

9 En la apertura de "De lo cinematográfico a lo televisivo: ¿el fin de una historia?" (Carlón, 2006a), recordé que Umberto Eco (1995 [1965]) sostuvo en "Apuntes sobre la televisión", uno de los trabajos de Apocalípticos e integrados, que ciertos rasgos del cine de Antonioni se debían a la influencia de la toma directa televisiva, operación que denominé de lo televisivo a lo cinematográfico. Y que la tarea que me proponía realizar, que era inversa a la de Eco, de lo cinematográfico a lo televisivo, consistía en uno de sus niveles en circunscribir qué operaciones de montaje pasaron del cine a la televisión. Este análisis brindó un resultado: que ciertas operaciones habían pasado y otras no. Las razones de por qué ese pasaje no pudo llevarse a cabo serán mejor explicadas en el próximo ítem, pero permítasenos adelantar que se deben al hecho de que los medios están emplazados en la naturaleza y que solo emergen cuando se articula teoría de los medios con teoría de la evolución.

10 Hoy vivimos más que en una sociedad en vías de mediatización en una hipermediatizada (Carlón, 2015a), en la que las prácticas de los individuos y sujetos se diseñan en gran parte en función de los llamados nuevos medios (con las redes sociales en primer lugar).

11 Lehman-Wilzig y Cohen-Avigdor (2004) distinguen seis fases en el desarrollo de internet: 1) birth, 2) market penetration, 3) growth, 4) maturation, 5) defensive resistance y 6) adaptation, convergence or obsolescense. Scolari las sintetiza expandiéndolas a la historia de los medios en tres: emergencia (birth, market penetration y growth), dominancia (maturation y defensive resistance) y supervivencia o extinción (adaptation, convergence or obsolescense).

12 Podemos recordar aquí lo que señala Robert Nisbet (1979 [1976]) sobre una figura cercana, la metáfora del crecimiento, muchas veces aplicada a la esfera social. Luego de expresar que "de la metáfora proceden algunos de los principales temas de la ciencia y la filosofía occidentales, así como del arte" (p. 56), dice que "Solo en el mundo orgánico de las plantas y animales puede literal y claramente contemplarse el crecimiento: el desarrollo a partir de la semilla, a través de fases ordenadas y regulares, de etapas que están contenidas en la simiente desde el principio mismo. Crecimiento es cambio, sí, pero cuando nos referimos al cambio como una manifestación del crecimiento en la esfera social estamos hablando metafóricamente. Estamos considerando a una institución o estructura social susceptible de procesos que son propios del mundo orgánico. Pocas perspectivas, pocos temas han sido más vitales en el pensamiento que este del crecimiento y desarrollo, que es un producto conceptual de la metáfora" (p. 56).

13 El párrafo completo dice: "La Cultura es un nivel cualitativamente diferente de la Naturaleza en la medida en que implica un incremento fuerte de la complejidad, pero cada nuevo nivel tiene necesariamente su origen en el anterior, de modo que se puede afirmar también, y sin contradicción, que la Naturaleza produce la Cultura, es decir, que la Cultura es un fenómeno Natural" (Verón, 2013, p. 79).

14 Esta tesis es decididamente no antropocéntrica y se basa en la idea de que el discurso del directo televisivo, a diferencia de otros, como el pictórico o el literario, forma parte de la misma temporalidad que nuestra experiencia de vida. La unidad de lo viviente es, como dice Jean-Marie Schaeffer (2009 [2007], p. 122), el tema más importante para comprender la identidad humana desde una perspectiva no antropocéntrica: "Esta unidad es también la de una unicidad histórica: la vida no apareció más que una sola vez, y todo lo que hoy vive desciende de ese 'acontecimiento' único. El mismo acontecimiento de la vida terrestre sólo fue posible en el interior de una ventana temporal delimitada de la vida terrestre por una conjunción única de factores físicos interactivos totalmente específicos. En la medida en que esta ventana temporal se ha vuelto a cerrar, el destino de la vida sobre la Tierra coincide estrictamente con el destino del linaje de las formas de vida surgidas de ese acontecimiento único. Para decirlo de otro modo: desde ese momento inaugural no hubo una segunda posibilidad. Y, debido a la irreversibilidad de la evolución de nuestro sistema solar, sin duda jamás la habrá" (p. 122).

15 Probablemente, la excepción sea Neil Postman (2000), quien en su célebre conferencia sobre ecología de los medios destacó la interrelación con el ambiente natural desde una perspectiva que hoy podemos considerar no antropocéntrica: "Queríamos que la gente fuera más consciente de que los seres humanos vivimos en dos tipos distintos de ambiente. Uno es el ambiente natural y se compone de cosas como los árboles, los ríos y las orugas. El otro es el entorno de los medios, que se compone de lenguaje, números, imágenes, hologramas y todos los otros símbolos, técnicas y mecanismos que nos hacen ser lo que somos" (p. 99).

16 Aunque no todas las proposiciones de McLuhan son metáforas en un sentido fuerte, algunas, como que los medios son extensiones de nuestros sentidos, se asemejan a los postulados descriptivos de la teoría de la mediatización. Y, de hecho, generan una reflexión en relación con la teoría de la evolución, semejante a la de la perspectiva no antropocéntrica de la mediatización (Carlón, 2014c).

17 Es un gesto con larga tradición. Como decía Nisbet (1979 [1976]): "Es fácil que los positivistas rechacen la metáfora como sustituto del razonamiento racional o científico por ser 'acientífica, por ser algo que pertenece a las zonas encantadas de la vida, como el arte, la religión y el mito. Pero de la metáfora proceden algunos de los principales temas de la ciencia y la filosofía occidental, así como del arte" (pp. 55-56). Ser semiólogo o trabajar en la teoría de la mediatización no implica ser positivista. De hecho, como acabamos de expresarlo, la teoría de las mediatizaciones surge en la modernidad tardía o posmodernidad. Aunque hay que reconocer que hay un importante componente científico modernista en las ciencias de los lenguajes.

18 Suponer que un discurso científico, sea cual sea, es no metafórico, sería un profundo error. Como ha señalado Vattimo (1994 [1985]), la conclusión a la que llegó Friedrich Nietzsche en textos como La gaya ciencia, que se alejaron del paradigma positivista y se encuentran en el origen de la posmodernidad, fue que "el análisis mismo del proceso del conocimiento revela que el conocimiento no es otra cosa que una serie de metaforizaciones" (p. 147). Podemos discutir largamente en qué sentido exacto Nietzsche habla de metaforizaciones (los debates sobre este tema son un clásico de los estudios retóricos), pero el sentido en que el término es usado queda comprendido en usos amplios, como el que efectúan Lehman-Wilzig y Cohen-Avigdor y Scolari. La ciencia, como se lo demostró en los debates posmodernos, se apoya no solo en metaforizaciones, sino también en relatos (Lyotard, 1986 [1979]); es decir, no puede evitar la dimensión discursiva.



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