Artículos
Francisco-José García-Ramos 1
Ángel-Samuel Villamar-Prevost 2
1 https://orcid.org/0000-0002-1805-650X.
Universidad Complutense de Madrid, España.
fjgarciaramos@ucm.es
2 https://orcid.org/0000-0001-5683-6251.
Universidad Complutense de Madrid, España.
angevill@ucm.es
Recibido: 14/11/2022
Enviado a pares: 05/12/2022
Aprobado por pares: 24/01/2023
Aceptado: 06/03/2023
Para citar este artículo / to reference this article / para citar este artigo: García-Ramos, F. J. y Villamar-Prevost, A. S. (2023). Diversidad funcional y relaciones sexoafectivas en Sex Education (Netflix): el caso de Isaac y Maeve. Palabra Clave, 26(2), e2627. https://doi.org/10.5294/pacla.2023.26.2.7
Resumen
Este artículo aborda la representación de la diversidad funcional y las relaciones sexoafectivas entre adolescentes dentro de la serie de ficción Sex Education durante la segunda y tercera temporadas (2020-2021), coincidiendo con la aparición del personaje de Isaac, un chico con diversidad funcional. A partir de una metodología basada en el análisis de discurso de los personajes y de los relatos sobre la diversidad funcional, se explora la construcción de Isaac como sujeto deseante y deseado, así como su relación sexoafectiva con Maeve. Se concluye que Sex Education visibiliza, reivindica y normaliza las necesidades afectivas y sexuales de la juventud con diversidad funcional, evitando caer en un discurso donde impera la infantilización, la patologización y la asexualidad, al tiempo que abre a los personajes con diversidad funcional un horizonte de posibilidad para amar y consumar relaciones sexuales. Asimismo, la serie plantea un escenario donde la igualdad y la integración son un éxito consumado en la sociedad y sitúan las dificultades y violencias a las que se enfrenta Isaac como una excepción, más que como un problema social estructural.
Palabras clave (Fuente: tesauro de la Unesco): Adolescencia; capacitismo; crip; diversidad funcional; educación sexual; incapacidad; Netflix; sexo; producción televisiva.
Abstract
This paper analyses the representation of functional diversity and sex-affective relationships among adolescents in the fictional series Sex Education during seasons 2 and 3 (2020-2021), coinciding with the appearance of the character Isaac, an adolescent with functional diversity. Based on the discourse analysis of the characters and the narratives on functional diversity, we explore the construction of Isaac as a desiring and desired subject and his sex-affective relationship with Maeve. The research concludes that Sex Education makes visible, vindicates, and normalises the affective and sexual needs of young people with functional diversity, avoiding a discourse where infantilisation, pathologisation, and asexuality prevail. It gives the characters with functional diversity a horizon of possibility of loving and engaging in sexual intercourse. Likewise, the series presents a scenario where equality and integration are unprecedented successes in society, viewing the difficulties and violence faced by Isaac as an exception rather than as a structural social problem.
Keywords (Source: Unesco Thesaurus): Adolescence; capacitism; crip; functional diversity; sex education; Netflix; sex education; disabilities; sex; television production.
Resumo
Este artigo aborda a representação da diversidade funcional e das relações sexoafetivas entre adolescentes dentro da série de ficção Sex education durante a segunda e terceira temporadas (2020-2021), coincidindo com o surgimento da personagem Isaac, uma pessoa com diversidade funcional. A partir de uma metodologia baseada na análise do discurso das personagens e dos relatos sobre a diversidade funcional, é explorada a construção de Isaac como sujeito desejante e desejado, bem como sua relação sexoafetiva com Maeve. Conclui-se que Sex education visibiliza, reivindica e normaliza as necessidades afetivas e sexuais da juventude com diversidade funcional, evitando cair num discurso em que impera a infantilização, a patologização e a assexualidade, com vistas a abrir um horizonte de possibilidades às personagens com diversidade funcional para amarem e terem relações sexuais. Além disso, a série propõe um cenário em que a igualdade e a integração são um sucesso garantido na sociedade e situam as dificuldades e violências enfrentadas por Isaac como uma exceção mais do que como um problema social estrutural.
Palavras-chave (Fonte: tesauro da Unesco): Adolescência; capacitismo; crip; diversidade funcional; educação sexual; deficiência; Netflix; sexo; produção televisiva.
Las producciones audiovisuales sirven como una forma de presentar la realidad a una audiencia amplia. Ya hablemos de documentales o de ficción, de largometrajes, cortometrajes o ficción seriada, ellas contribuyen a configurar la visión general que tenemos de distintas realidades y el discurso público que se articula acerca de ellas (Hall, 1992, p. 14). En lo que atañe a las representaciones y construcción de estereotipos de género y realidades sexogenéricas disidentes o en el afuera de la norma, los medios de comunicación, tal y como apunta De Lauretis (1987; 1992), actúan también como una “tecnología de género” que refleja cómo una sociedad se ve a sí misma, al tiempo que participan de la construcción social de una realidad común que, al tiempo, se articula por relaciones de dominación. Partiendo de esta idea, el estudio de los relatos que el audiovisual lleva a cabo sobre la afectividad de personas con diversidad funcional se presenta como un objeto de estudio necesario que problematiza el capacitismo y los espacios representacionales donde se hace viable la posibilidad de amar y, en especial, de tener relaciones sexuales plenas.
El término “diversidad funcional” fue acuñado por Romañach y Lobato (2005) durante el Foro de Vida Independiente en mayo de 2005 y viene a reemplazar vocablos como “discapacidad” y “minusvalía”, al hacer referencia a aspectos como la “invalidez” o la “incapacidad” de hacer. Así, con el término diversidad funcional se evita el tono negativo o médico en la visión de una realidad humana y su uso “pone énfasis en su diferencia o diversidad, valores que enriquecen el mundo en que vivimos” (p. 8). Desde el 2005, este ha sido el término preferido, tanto en ámbitos académicos como en espacios más cotidianos de España, y, a pesar de ciertas críticas (Guasch, 2016), su uso ha empezado a ser cada vez mayor en otros países de habla hispana.
Por otro lado, y en lo que al audiovisual se refiere, en el ámbito anglosajón los trabajos centrados en el audiovisual y la diversidad funcional e intelectual lograron abrirse camino en los estudios académicos, en la estela de la irrupción de la Queer Theory, la Crip Theory, los Disability Studies y los trabajos de Norden (1994) en el campo del cine en la última década del siglo XX. Ejemplos de este creciente interés son trabajos como los de Smit y Enns (2001), Fraser (2016), Ojrzyńska y Wieczorek (2020) o el reciente Disability representation in film, TV, and print media de Jeffress (2021).
En este corpus, las representaciones acerca de personas con diversidad funcional “sirven tanto para tranquilizar a las audiencias sin discapacidad sobre su normalidad como para que aborrezcan la posibilidad de la discapacidad” (Ellis, 2008, p. 19). De esta forma, las representaciones de la diversidad funcional en el cine no siempre han sido las más positivas. Se ha tratado a las personas con diversidad funcional dándoles una connotación altamente negativa, como personas marginales, deformes y malvadas (Martínez, en Gómez y Bote, 2020).
En cuanto a las primeras representaciones en el audiovisual de personas con diversidad funcional, pueden rastrearse ya en los mismos orígenes del cine, como ocurre en El falso estropeado (Le Faux cul-de-jatte, 1897), donde se aborda la diversidad funcional motora como una “vista cómica”, sembrando dudas y sospechas sobre la verdadera movilidad de los personajes. Salvo casos excepcionales, como Freaks (Tod Browning, 1932), habrá que esperar a la década de los sesenta del siglo XX para encontrar nuevas perspectivas en el tratamiento de la diversidad funcional e intelectual, con posiciones críticas en cuanto a la biopolítica y régimen disciplinario de la clínica (Foucault). Será, fundamentalmente, el documental el que abandere la tarea, con el polémico trabajo de Frederick Wiseman –censurado para el público hasta 1991– titulado Titicut Follies (1967). Ya en los setenta, ante el impacto y el proceso judicial de la obra de Wiseman, se encuentran trabajos como Futuro limitado (1971) o El país del silencio y la oscuridad (1971) del alemán Werner Herzog. En esta misma línea se situará la oscarizada Encontraré una manera (I’ll Find a Way, Beverly Shaffer, 1977), un cortometraje documental sobre Nadia, una niña de nueve años con espina bífida. En los años ochenta destacarán títulos como El hombre elefante (The Elephant Man, David Lynch, 1980) o Máscara (Mask, Peter Bogdanovich, 1985) que aborda la historia de un chico que sufre displasia craneodiafisaria.
Ya en los albores del nuevo siglo el documental irá abordando nuevas temáticas, en trabajos como How’s Your News? (Arthur Bradford, 1999) o los también galardonados con un Óscar Breathing Lessons: The Life and Work of Mark O’Brien (Jessica Yu, 1996) y Rey Gimp (King Gimp, Susan Hannah Hadary y William A. Whiteford, 1999), que sigue la vida de Dan Keplinger, un artista con parálisis cerebral que se negará con firmeza a ser encasillado en los relatos estereotipados de la diversidad funcional como algo trágico o heroico. Aspecto que también será abordado en The Reason I Jump (Jerry Rothwell, 2020).
En líneas generales, el nuevo siglo continuará explorando las historias de vida desde una perspectiva interseccional y abordando las posibilidades de integración en diferentes espacios y ámbitos profesionales. Ejemplo de esto son trabajos como Invitation to Dance (Simi Linton y Christian von Tippelskirch, 2004), Body & Soul: Diana & Kathy (Alice Elliott, 2007), Where’s Molly? (Jeff Daly, 2007), Music by Prudence (Roger Ross Williams, 2010), A.K.A. Doc Pomus (Peter Miller y William Hechter, 2012), Raising Renee (Jeanne Jordan y Steven Ascher, 2016), The Art of Being LC (Carl King, 2016) o Moonlight Sonata: Deafness in Three Movements (Irene Taylor, 2019) o Campeones (Javier Fesser, 2018), entre otros.1
Ampliando ya el enfoque de historias concretas de vida a las distintas realidades de la comunidad en su conjunto y su empoderamiento como grupo político, se encuentra el trabajo Vidas que merecen ser vividas (Lives Worth Living, Eric Neudel, 2011), primera crónica televisiva de la historia del American Disability Rights Movement hasta la aprobación en 1990 de la ley de derechos civiles Americans with Disabilities Act (ADA). Un enfoque revisionista de la lucha por los derechos de las personas con diversidad funcional e intelectual que compartirá con la producción de Netflix Crip Camp: A Disability Revolution (James Lebrecht y Nicole Newnham, 2020), donde se aborda el revolucionario campamento de verano que animó a un grupo de jóvenes a fundar el movimiento de lucha de derechos civiles que forjaría un nuevo camino hacia una mayor igualdad y la aprobación de la citada ADA. De forma paralela, el documental también explora temas como el amor y la sexualidad de una forma natural y centrado en la experiencia encarnada de personas que viven con diversidad funcional.
Mención especial merecerán trabajos que plantean las posibilidades que ofrece el cine para las personas con diversidad funcional e intelectual, como Becoming Bulletproof (Michael Barnett, 2014), así como CinemAbility: The Art of Inclusion (Jenni Gold, 2018) y Code of the Freaks (Salome Chasnoff, 2020), donde se analiza su representación en la industria audiovisual actual y el cine clásico de Hollywood, respectivamente.
Respecto a propuestas que abordan de forma específica la intersección entre sexualidad y diversidad funcional, además del ya mencionado Crip Camp: A Disability Revolution, destaca el documental español Yes, We Fuck! (Antonio Centeno y Raúl de la Morena, 2015), una propuesta que se puede enmarcar dentro del género o movimiento posporno, “un tipo de pornografía realizada desde una mirada revolucionaria que cuestiona la pornografía mainstream al mostrar cuerpos y prácticas sexuales y eróticas reales, diversas, no normativas y subversivas” (Gómez y Bote, 2020, p. 55). Además, según Muyor y Alonso, el documental logra levantarse contra el “modelo estándar y normativo corporalidad”, en el que “muchos colectivos y personas no se ven representados ni identificados” (2018, p. 218), para reivindicar y representar el pleno goce de la sexualidad de las personas con diversidad funcional, en un lugar alejado del estigma y los tabúes. Como mencionan Guzmán y Platero, “la visibilidad es una herramienta de resistencia” (2012, p. 2).
En el ámbito de la ficción, y sin ánimo de hacer un recorrido exhaustivo, habrá que esperar a la década de los ochenta del siglo XX para encontrar los primeros éxitos de taquilla donde se plantea una historia de amor protagonizada por personajes con diversidad funcional o psíquica. Ejemplo de ello serán largometrajes como Hijos de un dios menor (Children of a Lesser God, Randa Haines, 1986), que cuenta la historia de amor entre un profesor de educación especial y una alumna con diversidad funcional auditiva y del habla; Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994), en el que el protagonista presenta dificultades de aprendizaje y problemas motores en la infancia; Rompiendo las olas (Breaking the Waves, Lars von Trier, 1996), donde se plantea el conflicto afectivo sexual de una mujer que sale con otros hombres a petición de su esposo, quien padece tetraplejia; Los idiotas (Idioterne, 1999), también de Lars von Trier; Las sesiones (The sessions, Ben Lewin, 2012), que aborda la relación entre diversidad funcional y sexualidad a través de la historia real del periodista y poeta parapléjico Mark O’Brien; la española Mar adentro (Alejandro Amenábar, 2004), también basada en hechos reales, o los recientes éxitos franceses Intocable (Intouchables, Olivier Nakache y Éric Toledano, 2011) y su posterior remake estadounidense Amigos para siempre (The Upside, Neil Burger, 2018); la comedia Amor sobre ruedas (Tout le monde debout, Franck Dubosc, 2018), CODA (Sian Heder, 2021), versión estadounidense de la francesa La familia Bélier (Éric Lartigau, 2014), o la española La consagración de la primavera (Fernando Franco, 2022).
Una mención especial requiere el drama romántico Antes de ti (Me Before You, Thea Sharrock, 2016), adaptación de la novela homónima de la autora inglesa Jojo Moyes (2012), de gran éxito entre el público juvenil británico. Una novela y un film que, incluido en el catálogo de Netflix, se presenta como el contexto más cercano en donde situar la historia de amor adolescente de Isaac y Maeve en la también británica Sex Education, objeto de estudio de esta investigación. Ambientada en el Reino Unido, Antes de ti aborda la historia de amor entre una alegre veinteañera y un joven millonario que, tras sufrir un accidente, queda tetrapléjico en una silla de ruedas. Algo que llevará al joven a quitarse la vida en una clínica privada que practica la eutanasia.
En este contexto, y tras el éxito cosechado entre la audiencia adolescente de filmes como Antes de ti (2016), la producción británica Sex Education (Netflix) irrumpe en 2019 en el panorama internacional de la ficción seriada ofreciendo durante su segunda (2020) y tercera temporadas (2021) una trama afectivo-sexual entre dos personajes: Isaac (George Robinson), en silla de ruedas a causa de una lesión de médula espinal, y Maeve (Emma Mackey), una de las alumnas más inteligentes y carismáticas del instituto.
Aunque hay precedentes de personajes con diversidad funcional en la ficción seriada2 para adolescentes, como Arthur Abrams en Glee (Fox, 2009-2015), Bran Stark en Juego de Tronos (HBO, 2011-2019) o Jon en la sexta y séptima temporada de la española Física y Química (Antena 3, 2008-2011) –y a pesar de encontrar en otras series para jóvenes y adolescentes personajes como Sam, con espectro autista, en Atypical (Netflix, 2017-2021); Ryan, un joven gay con parálisis cerebral, en Special (Netflix, 2019-2021); o Marga, Nati, Patri y Àngels, las cuatro protagonistas con diversidad intelectual de Fácil (Movistar Plus+, 2022)–, en el caso de Sex Education los personajes Isaac y Maeve presentan una serie de fisuras en los patrones y convencionalismos de las habituales tramas amorosas protagonizadas por personajes con diversidad funcional que, sin duda, es merecedora de ser analizada.
La serie de ficción Sex Education
Creada por Laurie Nunn, la serie de ficción Sex Education (Netflix, 2019-2021) se focaliza en representar y conversar, de forma directa y divertida, sobre temas relevantes para la juventud contemporánea en cuanto a educación sexual. Aunque hay quienes señalan que la serie plantea una suerte de utopía tullida o queer (Vázquez et al., 2020), Sex Education no solo habla sobre las distintas realidades de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI), sino también sobre feminismos, masculinidades, relaciones románticas, sexo, responsabilidad afectiva, infecciones de transmisión sexual, abuso sexual, diferencias de clase y raciales y, claro está, diversidad funcional.
Sex Education sigue principalmente la historia de Otis, “un chico inseguro que tiene todas las respuestas cuando se trata de consejos sexuales, gracias a su madre, que es una terapeuta especializada en el campo de la sexología” (Netflix, 2019). La serie se desarrolla en un instituto del Reino Unido presentando a sus “personajes como estereotipos pero tratando de darles una mayor complejidad” (Poniewozik, 2019), lo que hace que las historias y problemáticas aborden cuestiones poco frecuentes en la ficción seriada sobre adolescentes, mientras los que aparecen en la serie exploran su sexualidad y sus deseos. Poniewozik destaca que la serie “no tiene miedo de ser divertida y graciosa [y] tiene la posibilidad de ser tan gráfica como quiera serlo—y esta serie quiere serlo desde el inicio del primer episodio”. Esa decisión audaz ha sido aclamada desde el estreno de su primera temporada por la audiencia internacional, incluso en países donde las libertades sexoafectivas están coartadas o existe homofobia de Estado (Vázquez et al., 2021).
En la segunda temporada, episodio cinco de la serie (T2E5), estrenada en Reino Unido el 17 de enero de 2020, Sex Education nos presenta a Isaac (George Robinson), un adolescente con diversidad funcional que se enamora de uno de los personajes principales: Maeve (Emma Mackey). En el recorrido de este arco narrativo, vamos descubriendo a un personaje con sus propios miedos, ansiedades, alegrías y deseos. Aunque se escuda detrás del humor para afrontar y superar las limitaciones y trabas a las que se enfrenta en su día a día, poco a poco logra conectarse con la distante Maeve, hasta llegar a tener una relación sexoafectiva con ella.
Aunque Sex Education ya ha sido objeto de estudio en varios trabajos académicos, solo en castellano encontramos ejemplos en las investigaciones de Pérez (2019), Vázquez et al. (2020; 2021; 2022), Zurian et al. (2020) y Valverde y Pérez (2021), aunque todavía no se ha abordado de forma específica la relación sexoafectiva entre Isaac y Maeve en la segunda y tercera temporadas. Una relación que, precisamente, constituirá el objeto de estudio de esta investigación y que se presenta como pertinente para estudiar la intersección entre diversidad funcional y sexualidad en general y, en particular, en la población adolescente.
Para abordar esta relación, se partirá de los estudios previos sobre la serie de ficción, como los de Ava Parsemain en The Pedagogy of Queer TV (2019), Norden (1994), Smit y Enns (2001), Fraser (2016), Ojrzyńska y Wieczorek (2020) y Jeffress (2021), con el objetivo de determinar qué modelos pedagógicos, imágenes y herramientas para la empatía utiliza la ficción televisiva seriada con el fin de educar a sus espectadores sobre la afectividad y sexualidad de las personas con diversidad funcional. Todo ello a partir de un pensamiento situado en el marco de los Disability Studies, la Queer Theory y la Crip Theory.
Considerando como hipótesis de trabajo que la segunda y tercera temporada de Sex Education es un referente para el estudio inclusivo de la intersección entre diversidad funcional y sexualidad, se establecen los siguientes objetivos de investigación:
a. Determinar qué imágenes, conocimientos y construcciones epistemológicas se difunden en las dos primeras temporadas de Sex Education en torno a la afectividad y sexualidad de las personas con diversidad funcional, desde una perspectiva atravesada por los Disability Studies, la Queer Theory y la Crip Theory.
b. Determinar qué imágenes, conocimientos y construcciones epistemológicas se difunden en las dos primeras temporadas de Sex Education en torno a la afectividad y sexualidad de las personas que mantienen relaciones sexoafectivas con otras con diversidad funcional, desde una perspectiva atravesada por los Disability Studies y la Crip Theory.
c. Definir qué discurso articula la serie sobre los distintos tipos de violencia que sufren las personas con diversidad funcional.
Marco teórico
El marco teórico de esta investigación atraviesa la ficción para adolescentes y la representación de identidades disidentes a la norma a la luz de planteamientos como los de Pullen (2012) y la colección de ensayos Queer love in film and televisión de (Demory y Pullen, 2013) y The pedagogy of queer TV (Parsemain, 2019) en cuanto al potencial pedagógico de los productos televisivos queer. Sobre los relatos y representaciones de personajes y relaciones sexoafectivas disidentes de la norma cisheteropatriarcal capacitista, entendidos como queer, atendiendo a Butler (1990) y Sedgwick (1990), también serán analizados en el marco de los Disability Studies y la Crip Theory, al situar al personaje de Isaac en el afuera de los relatos tradicionales del ideal de la salud.
Los Disability Studies son un campo de conocimiento que, enfocado en las experiencias de las personas con diversidad funcional, critica las opresiones y exclusiones que surgen de los sistemas sociales actuales (Goodley, 2011). Para Garland (2002), son una matriz de teorías, pedagogías y prácticas basadas en la experiencia encarnada. Además, se posicionan como un espacio para cuestionar los extremos que miran la diversidad funcional como una “condición moral” o como una “condición médica” (Goodley, 2011, pp. 6-7). Dentro de este campo, el activismo juega un rol importante, ya que “sigue influyendo los debates dentro de los disability studies” (p. 4).
Desde una perspectiva más subversiva, la teoría crip parte de los postulados queer a adopta sus posiciones ante la normalidad y lo normativo (McRuer, 2006) buscando “desafiar las construcciones del capacitismo y el cuerpo sin discapacidad y ser políticamente generativos a través de la fractura de sistemas clave de opresión” (Bone, 2017, p. 1298). Se busca así identificar las formas en que la sociedad excluye a las personas con diversidad funcional, debido a la manera en la que opera el capacitismo en nuestras sociedades. En este sentido, este estudio partirá de posturas como las de Romañach y Lobato (2005) y de Candelas y Mulet (2018), al considerar que la diversidad funcional “no es un sinónimo de discapacidad”, sino que “pone de relieve las diferentes capacidades que tenemos todas las personas de la sociedad y cómo todas necesitamos de las otras para funcionar y hacemos uso de diferentes apoyos para desenvolvernos en día a día” (p. 49). Así, este término funcionará aquí como una manera de reconocer la diversidad que existe entre la población con “diferentes maneras de hacer las cosas” (Senent, 2012, p. 81), indicando “la emergencia de la resistencia, corporal, experimentada cotidianamente como necesidad de un sentido y una práctica encarnadas que generen una identidad autónoma, de la resistencia del deseo del cuerpo por enfrentar la lucha contra las constricciones” (Ferreira, 2010, p. 62).
En cuanto a la intersección entre sexualidad y diversidad funcional (Honrubia et al., 2018), se enfrenta con una serie de mitos y tabúes basados en las “formas de pensar al sujeto con diversidad funcional como ser inferior, dependiente y sujetado a su deficiencia” (Le Feuvre y Calquín, 2017, p. 164), lo que termina por invisibilizar las experiencias del “placer y el erotismo” (p. 158) de las personas con diversidad funcional e ignora su capacidad para sentir deseo sexual (Gómez y Bote, 2020, p. 66). Como señala Uroz (2015), las personas con diversidad funcional son encasilladas como personas sin la posibilidad del amor y con una extrema necesidad de sobreprotección por parte de sus seres cercanos, lo que favorece la infantilización, la patologización y la idea de asexualidad de las personas con diversidad funcional (Rosado, 2005; Arnau, 2018; Gómez y Bote, 2020).
Este estudio parte de la idea de que “las necesidades afectivas y sexuales de las personas con diversidad funcional son similares a aquellas de quienes no la padecen” (Antequera, 2020, p. 25) y que, como señalan Guzmán y Platero (2012, p. 3), son “sujetos sexuales, deseantes y deseables”, de modo que busca romper con “la idea establecida socialmente que los confina a una posición infantil y outsider [marginal] respecto al ejercicio de sus derechos sexuales”.
Metodología
El objeto de estudio de esta investigación se acota a la segunda y tercera temporadas de la serie de ficción Sex Education, para un total de 16 episodios, ocho por temporada, con una duración aproximada de 48 minutos cada uno. Partiendo del visionado del texto audiovisual, se empleará un enfoque metodológico de carácter mixto. Por un lado, se optará por una metodología de carácter cualitativo que, teniendo en cuenta los estereotipos más comunes de las personas con diversidad funcional (Rosado, 2005; Guzmán y Platero, 2012; Le Feuvre y Calquín, 2017; Arnau, 2018; Gómez y Bote, 2020), aborda el análisis crítico del discurso (Martínez, 2002; Sayago, 2014) atendiendo a los siguientes indicadores: verbalizaciones de Isaac sobre su diversidad funcional; verbalizaciones de Isaac respecto a su deseo por tener una relación sexoafectiva con Maeve; verbalizaciones de Maeve respecto a su deseo por tener una relación sexoafectiva con Isaac; el ejercicio de la sexualidad entre Isaac y Maeve; verbalizaciones de terceras personas sobre Isaac y sobre la relación afectiva sexual que mantiene con Maeve; experiencias de Isaac como una persona con diversidad funcional en un mundo capacitista; y representación visual de cómo se articula la diversidad funcional de Isaac y su relación sexoafectivas con Maeve.
De forma complementaria, se empleará un enfoque cuantitativo, de cara a determinar la presencia que otorga la serie de ficción a la relación afectiva sexual entre Isaac y Maeve respecto a otras mantenidas por el resto de personajes de la serie, atendiendo tanto al número de capítulos como al tiempo que se otorga a una relación sexual con una persona con diversidad sexual respecto a otros actos sexuales que aborda la serie.
En aras de ordenar toda la información analizada para su posterior discusión, los resultados se articularán en cinco categorías que dan cuenta de las interacciones entre Isaac y Maeve y de la manera en que Sex Education aborda el tema de la diversidad funcional: 1) la construcción de Isaac como sujeto deseante y deseado; 2) Maeve: de la deconstrucción del amor romántico al amor crip; 3) Isaac y Maeve: una historia de amor como las demás; 4) la articulación de las relaciones sexuales entre Isaac y Maeve; 5) el Instituto Moordale como espacio de utopía crip.
Resultados
A continuación, se presentan una serie de resultados que tratan de responder a los objetivos propuestos.
Isaac como persona con diversidad funcional
Gran parte de la construcción del personaje de Isaac tiene que ver con la experiencia personal del actor que lo interpreta, George Robinson. Como Isaac, George también sufrió un accidente que afectó su columna vertebral y que le impide tener movilidad por debajo de su lesión (Rivarola, 2021). Con el personaje de Isaac, Sex Education introduce el tema de la diversidad funcional a lo largo de la segunda y tercera temporadas. La primera aparición de Isaac es en la T2E5: Isaac está en silla de ruedas y se presenta como un vecino de Maeve en el espacio de las casas rodantes. Durante este capítulo y en el siguiente hará referencias explícitas a su diversidad funcional en tres escenas que son expresadas de modo distendido: conversación entre Isaac, Maeve y Aimee en la fiesta en casa de Otis (T2E6); conversación entre Isaac y Maeve (T2E6) en la casa rodante de Isaac y Joe; y conversación entre Isaac y Maeve en la casa de Isaac (T2E8).
En el primer caso, se trata de una conversación en tono amigable que mantiene Isaac con Maeve y su compañera de instituto Aimee en el interior de la casa de Otis, durante una fiesta. Será Aimee, un personaje ingenuo y sin maldad, quien le pregunte abiertamente a Isaac sobre la razón de estar en una silla de ruedas: “hola, Isaac. ¿Por qué estás en una silla?” (T2E6). Una pregunta que, paradójicamente, a Maeve le incomoda, por lo que le reprocha a su amiga que ese tipo de preguntas no procede hacerlas a una persona a la que se acaba de conocer e, incluso, son demasiado invasivas de la intimidad de una persona. No obstante, Isaac habla de su diversidad funcional sin ningún prejuicio y bromea sobre ello. Entiende la curiosidad de las demás personas por conocer las razones de estar en una silla de ruedas y contesta de manera distendida y sin que le incomode hablar al respecto: “está bien. Fue en un horrendo accidente por culpa del viento” (T2E6).
La segunda conversación se produce también en la T2E6 en una escena donde Maeve vuelve a sacar el tema para, ya fuera de las habituales bromas de Isaac, saber qué le pasó en realidad. Aunque con un tono más serio, Isaac afronta el tema sin problemas y narra este episodio de su vida de manera tranquila y sin caer en el victimismo.
Maeve. Bien, ¿qué pasó en realidad? Sin vientos, ni pandilleros, ni perros afganos.
Isaac. Ah, sí… tenía diez años, Joe y yo vivíamos con nuestros padres… nos sacaban de la casa para poder drogarse. Como sea… hubo un día en el que reté a Joe a subirse a un árbol gigante, pero se acobardó a medio camino. Por supuesto, quise probar que yo era más valiente subiendo hasta la copa del árbol. Lo cual hice y me caí… Es todo. Esa es la historia.
En esta segunda conversación Maeve se interesa por la cuestión de la culpa y la responsabilidad paterno filial en los cuidados. Una cuestión –la de la culpa– que parece obedecer más a una proyección de la situación personal de Maeve con su madre, también consumidora de droga. En cualquier caso, esta escena es esencial para entender la forma en que Isaac y Maeve van construyendo una relación que terminará en dinámicas sexoafectivas.
La tercera conversación entre Isaac y Maeve a propósito de la diversidad funcional de Issac tiene lugar en la T2E8, cuando este le pide a Maeve que prepare una tortilla y él, nuevamente, hace un chiste sobre su disponibilidad para ir a la tienda a comprar huevos y leche.
Maeve: de la deconstrucción del amor romántico al amor crip
La conexión entre Isaac y Maeve surge a raíz de protagonizar experiencias comunes. Ambos son considerados marginados en el universo de la serie, comparten las mismas experiencias de vida en cuanto a clase social y capacidad económica y también entienden lo que implica ser abandonados por seres cercanos. Entonces comienzan a desarrollar una afectividad más allá de la atracción física, lo que fundamenta una fuerte amistad entre ellos.
Cabe destacar que la relación que Maeve entabla con Isaac es distinta de la que ha tenido antes con sus anteriores parejas: Jackson (T1) y Otis, el protagonista principal de la serie, cuya tensión se mantiene en ambas temporadas. En el caso de Jackson, la relación comienza como sexo casual entre ambos personajes en la primera temporada de la serie. Siendo el atleta más popular en el instituto, Jackson es afrodescendiente e hijo de una pareja de madres lesbianas. Su vida ha estado marcada por las exigencias de su carrera deportiva y por una disciplina que le ha impedido madurar intelectual y afectivamente. En este sentido, en aras de estar a la altura intelectual de Maeve, Jackson comenzará a leer algunos de sus libros de cabecera, pese a no entender demasiado bien lo que lee: “oye, Maeve, ¿qué crees que quiso decir Woolf con: ‘la oposición del hombre a la emancipación de las mujeres es más interesante que la historia de la emancipación misma’?”. A lo que Maeve le responderá bromeando: “que los hombres son idiotas y a algunos hay que castrarlos” (T1E4). Estas obras, que la serie muestra en la habitación de Maeve, nos hablan de los valores feministas de la protagonista y de la deconstrucción de los valores cisheteropatrialcales de este personaje: Silas Marner de George Eliot, Una habitación propia de Virginia Woolf, Unaccustomed Earth de Jhmpa Lahiri, Un aprendiz apasionado de Virginia Woolf, Emma de Jane Austen y Orgullo y prejuicio de Jane Austen.
Los libros de Maeve hablan del empoderamiento de este personaje como mujer, de su formación teórica en teoría feminista y de los valores que profesa relacionados con la deconstrucción de la normatividad sexoafectiva. Algo que demuestra no solo en las consultas de educación sexual que lleva a cabo con Otis, sino en la decisión que toma al enterarse de que se ha quedado embarazada de Jackson. Someterse a una práctica abortiva en solitario, cuestión que se desarrolla a lo largo del T1E3, es otro ejemplo de cómo se sitúa el personaje de Maeve en relación con los valores sociales más tradicionales y conservadores, representados por los jóvenes antiabortistas que hacen activismo en las puertas de la clínica donde acude Maeve.
Esta decisión será un importante punto de inflexión en la vida de Maeve. Su discapacidad para la maternidad la sitúa en el interesante relato sobre otras categorías de capacitismo afectivo, maternofilial y socioeconómico que tiene su reflejo, por otra parte, en la propia madre de Maeve, incapacitada para cuidar de Maeve y su hermana pequeña a causa de las drogas. Una discapacidad que sitúa a Maeve en un espacio otro, en unos márgenes de lo normativo en donde también habita Isaac.
La afectividad y atracción sexual hacia Otis tampoco estará exenta de cierto carácter raro (freak). Maeve viene de una relación con el deportista más popular del instituto, se ha quedado embarazada y ha decidido abortar. En esta coyuntura, parece enamorarse del chico más enclenque del instituto, quien, a la postre, es todavía virgen. Algo que, a tenor de la intensa vida sexual de sus compañeros de instituto, sitúa a Otis en un margen y en una nueva incapacidad: la de atreverse a culminar el acto sexual. Un hecho que, por otro lado, invierte los tradicionales papeles y roles de género donde el hombre es quien tiene amplia experiencia sexual y es la mujer la que es virgen y llena de miedos e inseguridades respecto al primer coito.
En cierto sentido, y aunque la trama entre ambos está llena de conflictos, en donde interactúan otros personajes y los errores o la falta de comunicación son constantes, la atracción que siente hacia Otis ayuda a la construcción del personaje de Maeve y a situarlo en un punto clave en el proceso de deconstrucción del amor romántico hacia el amor crip, donde entrará en juego el personaje de Isaac.
A este respecto, una escena clave tendrá lugar en la T3E2, cuando Maeve y Aimee conversan sobre Isaac como un potencial interés romántico de Maeve. Otis, principal interés romántico de Maeve a lo largo de la serie, comienza una relación con otra compañera de instituto. Aunque a Maeve este hecho le incómoda, confiesa a Aimee que es posible que esté sintiendo algo romántico por otra persona: “¿Isaac? Sí, es él, ¿verdad? ¡Lo sabía! ¡Siempre estás hablando de él! Isaac esto, Isaac lo otro. Isaac, Isaac, Isaac”, comenta exaltada Aimee al descubrir el secreto de su amiga (T3E2). Maeve, al ser descubierta, lo verbalizará por primera vez: “¡cállate! Sí, es Isaac. Pero me confunde, porque somos muy buenos amigos y no quiero arruinar eso” (T3E2).
Esta confesión es relevante, porque la relación sexual que mantendrá Maeve con Isaac parte, en primer término, de una amistad que se desplaza poco a poco hacia el sentimiento amoroso y, de ahí, al acto sexual. Algo que dista de un modelo de relación sexual esporádica y sin afectos previos, como las que acontecen en las fiestas que organizan los compañeros y compañeras de instituto.
La construcción de Isaac como sujeto deseante y deseado
A lo largo de la primera y segunda temporada Isaac se expresará de forma explícita como un sujeto deseante. En la T2E6 mira a Maeve a través de la ventana mientras mantiene una conversación con su hermano Joe, sin ocultar su atracción hacia ella. En ese mismo episodio, Isaac trata de hacer planes con Maeve hasta que logra que ella lo lleve a la fiesta en casa de Otis. Asimismo, durante la T3E1, Joe alienta a su hermano para que le diga a Maeve que le gusta: “ya deja de mirarla con ojos de perrito. Deberías decirle que te gusta”. Dos episodios después, el deseo de Isaac hacia Maeve se verbaliza mientras le hace un retrato. Aún así, la relación de Isaac y Maeve tiene un desarrollo progresivo en ambas temporadas. Empiezan como vecinos distantes hasta que poco a poco van acercándose más.
A pesar de que no se constata que Maeve infantilice a Isaac, la serie sí muestra la dificultad de este para hacer algunas tareas. Esto sucede en dos ocasiones: cuando Maeve tiene que ir a la tienda a comprar víveres para cocinar (T2E8) o cuando está en casa de Isaac y él le dice que ella es quien tiene que cocinar, por su dificultad para realizar ciertas tareas. A pesar de que el personaje no se muestra indefenso, sí reconoce que las cosas que puede hacer dependen mucho del alcance de sus habilidades.
La relación entre Maeve e Isaac está fundamentada en la empatía que se profesan, al darse cuenta de que han tenido difíciles historias de vida y saben de primera mano qué significa sufrir el abandono por parte de las personas que quieren. Un hecho que diferencia a Isaac de las interacciones que Maeve ha tenido con otros personajes, como Otis o Jackson. En cualquier caso, el momento decisivo para el comienzo de la relación afectiva sexual entre Isaac y Maeve se produce en el capítulo final de la segunda temporada: Isaac borra el mensaje de voz que Otis deja en el buzón de Maeve, donde se disculpa y le pide perdón por no mostrar claramente lo que siente por ella. Este hecho permitirá conocer la tendencia manipuladora del personaje de Isaac, al tiempo que le iguala al resto de personajes de la serie, visibilizando sus ganas de vencer cualquier obstáculo para conquistar a Maeve y comenzar una relación sexoafectiva con ella. No obstante, y una vez conseguido su objetivo, en la tercera temporada Isaac confesará a Maeve que borró el mensaje que Otis le dejó en su teléfono móvil: “tengo que decirte algo. La noche que tu mamá y Elsie se fueron con la policía, vino a verte ese tal Otis y no te lo dije. Dijo que quería hablar contigo y te dejó un mensaje en el teléfono. Pero tú estabas de compras. Yo escuché el mensaje y después lo borré” (T3E2).
Isaac verbalizará su deseo de estar con Maeve de forma mucho más explícita a lo largo de la tercera temporada reafirmándose como sujeto deseante, mostrando que tiene las mismas ansiedades y contradicciones, los aciertos y errores que el resto de personas de su edad. En la T3E3, le dice a Maeve: “cada vez que estoy contigo mis células vibran, reviven y me lleno de esperanza. Desearía no haber hecho lo que hice, me asusta pensar que ya no estés en mi vida”.
Pese a sus errores, la serie muestra a Isaac como una persona que se merece el amor. De esta manera, se incide en la representación de las personas con diversidad funcional no solo como sujetos deseantes, sino también como sujetos deseados. Así se lo hará saber Isaac a Maeve: “oye, necesito a alguien que sepa que me quiere, porque creo que lo merezco” (T3E7).
La articulación de las relaciones sexuales entre Isaac y Maeve
La relación sexoafectiva entre Isaac y Maeve se materializa en la T3E4. Sex Education optará por construir un encuentro de carácter íntimo y lleno de calidez, no solo para ambos personajes, sino también para la audiencia. La luz suave, los encuadres cerrados y el empleo de primeros planos consiguen un ambiente de gran delicadeza, mostrando detalles de la interacción corporal entre Isaac y Maeve (Figura 1). La música contribuye a entender que se trata de un momento especial, donde todo sucede de forma pausada. En este sentido, es importante señalar que esta escena de sexo se articula de forma muy diferente a las demás escenas de sexo que suelen aparecer al inicio o al final de cada episodio, marcadas por un ritmo mucho más rápido, un montaje acelerado y un tono más jocoso y lúdico que romántico.
Figura 1. Encuentro sexoafectivo entre Isaac y Maeve
Fuente: Netflix, Sex Education (T3E4).
Esta primera escena de sexo entre Isaac y Maeve plantea toda una pedagogía sobre cómo una persona con una lesión de médula espinal puede disfrutar sexualmente con una pareja. Isaac verbaliza con total naturalidad su capacidad para sentir y excitarse y responde a las dudas de Maeve sobre su capacidad para tener una erección y eyacular: “puedo empalmarme, aunque con ayuda” (T3E4). Aunque Isaac expresa claramente que no siente nada en el tren inferior, explica cómo es posible alcanzar un nivel de excitación intenso si tocan y estimulan los lugares en los que sí tiene sensibilidad, como es el caso del pecho y las orejas. Incluso, y respondiendo a la pregunta de Maeve sobre llegar a eyacular, le dice: “si me tocan en lugares donde puedo sentir, sí se pone un poco intenso” (T3E4).
Esta conversación entre Isaac y Maeve a propósito de sus zonas erógenas plantea un desplazamiento de la genitalidad en las relaciones sexuales reivindicando, al tiempo, la estimulación de otras zonas corporales como fuente de placer. Así también se lo hará saber Maeve a Isaac: “me gusta que me toquen las orejas” (T3E4). El hecho de que entre Maeve e Isaac el sexo no se base en la penetración ni en la atención total a los genitales, sino en el descubrimiento y resignificación erógena de otras zonas del cuerpo, como la frente, la nariz, el cuello o las orejas, supone un elemento significativo y diferencial respecto al resto de relaciones de los personajes de la serie y de las problemáticas sobre las que giran las consultas sexuales que atiende Otis en el instituto. Al contrario, su acto sexual es calmado, con pausas, consensuado, desplazado de la genitalidad y enfocado, gracias a las explicaciones de Isaac, a redescubrir y resignificar otras zonas del cuerpo como lugares capacitantes para el placer sexual: “¿dónde te gusta que te toquen por encima de la cintura?”, preguntará Isaac a Maeve (T3E4).
Otro aspecto relevante de esta escena será la importancia del consentimiento en todo encuentro de carácter sexual. Los personajes piden y se dan permiso para acercarse el uno al otro o para tocar alguna parte del cuerpo del otro: “¿puedo tocarte las orejas?”; “¿te puedo quitar la camiseta?”, le preguntará Maeve a Isaac antes de hacerlo (T3E4). Un hecho que incide en el sentido del respeto mutuo y de responsabilidad que la escena ya tiene per se.
En cuanto a la duración de la escena, el acto sexual entre Maeve e Isaac tiene un tratamiento diferencial respecto al resto de escenas de carácter sexual de las dos primeras temporadas. La serie le concede una duración de tres minutos, convirtiéndose en la relación sexoafectiva con mayor duración de la segunda y tercera temporada. En tiempo de duración, a la escena de sexo entre Isaac y Maeve le seguirá un montaje de clímax sexual de varios personajes (T3E1), planteada en dos minutos y diez segundos, seguida de la masturbación de Otis (T2E1) y el primer contacto sexual lésbico entre Ola y Lily, ambas con una duración de un minuto y cincuenta y cinco segundos. Escenas que funcionan, además, como aperturas de capítulo.
A diferencia del resto de escenas sexuales, Maeve e Isaac no protagonizarán ninguna apertura de capítulo, como suele ser habitual con otros personajes de la serie. En cualquier caso, que el acto sexual entre Maeve e Isaac sea el que más duración conceda la serie en las dos temporadas donde se desarrolla su relación de pareja es altamente significativo y refleja el interés de Sex Education en la trama sexoafectiva de ambos personajes.
El Instituto Moordale como espacio de utopía crip
Sex Education muestra las dificultades a las que se enfrenta Isaac, como persona con diversidad funcional, en un mundo capacitista. Cuando Isaac acude con Maeve a la fiesta que Otis celebra en su casa (T2E6), solo se puede acceder por una escalera que recorre un gran desnivel de terreno. Isaac reconoce la dificultad de acceso para una persona con diversidad funcional física: “bueno, esto no es muy amistoso con las discapacidades”. No obstante, se negará a perderse la fiesta por esta barrera de accesibilidad: “no me iré a casa. Vine a enfiestarme, pero eso significa que tendrás que cargarme […]. Hola, buen señor, ¿sería tan generoso como para escoltarme a mí y a mi silla hasta el final de estas escaleras?” (T2E6).
La misma dificultad de movilidad tendrá Isaac en el recinto de autocaravanas en el que vive. Aunque la suya ha sido adaptada con una rampa de madera, el recinto carece de infraestructura vial y presenta una movilización limitada para transitar con silla de ruedas. La serie otorgará un lugar importante a la rampa como espacio donde se fragua la relación entre Isaac y Maeve. En ella comparten historias sobre sus heridas y cicatrices tanto físicas como psicológicas (T2E6) y conversan sobre la forma en la que el mundo no entiende sus problemas: Isaac revela la razón por la que tiene una diversidad funcional física y Maeve le muestra a una cicatriz que tiene en su brazo y le explica la complicada relación que tiene con su madre.
En cuanto al Instituto Moordale, en estas dos temporadas la serie no pone especial énfasis en destacar los accesos para personas con diversidad funcional física en las aulas e instalaciones interiores. No obstante, se aprecian en segundo plano áreas de acceso para personas con diversidad funcional física, como rampas o accesos adaptados en episodios como T2E1, T2E2 y T2E3. Caso distinto serán los accesos exteriores adaptados con rampa del edificio principal, en los que la serie se recrea en los planos generales. Por otro lado, y al margen de las dificultades para acceder a la casa de Otis, la serie no plantea ninguna otra situación que problematice sobre la accesibilidad o la integración de una persona con diversidad en el entorno social y educativo del instituto.
Discusión
Isaac, al igual que los demás personajes de Sex Education, es representado como una persona compleja y contradictoria. Se mueve en una amplia escala de grises y, como los demás jóvenes de la serie, tiene sus propias ansiedades adolescentes y un deseo por una conexión sexoafectiva. Gran parte de la construcción de este personaje es dada mediante el uso de planos específicos que enfatizan su situación de persona con diversidad funcional y muestran cómo se desenvuelve en la vida cotidiana.
La relación entre Isaac y Maeve tiene un comienzo difícil. No tanto por la diversidad funcional de Isaac como por las circunstancias personales de Maeve cuando Isaac se cruza en su vida. Sin embargo, y pese a su ruptura con Jackson, su reciente aborto y las tensiones con Otis, la amistad entre ambos adquiere más fuerza cuando toman conciencia de todos los aspectos en común, incluido el mismo tipo de humor. Al margen de esto, todo dará un giro significativo al final de la segunda temporada, cuando Isaac muestra su tendencia manipuladora. Isaac escucha el mensaje de voz que Otis le dejó a Maeve y, debido a lo que siente por ella, lo borra para evitar que Maeve y Otis tengan, finalmente, una relación.
Este hecho, que sucede en el último episodio de la segunda temporada, será fundamental para situar a Isaac, en primer lugar, como sujeto deseante dispuesto a hacer todo lo posible para conquistar a Maeve. Y, en segundo término, lo sitúa en igualdad de condiciones respecto al resto de personajes de la serie, borrando toda posible aproximación a Isaac basada en la pena, la lástima o el victimismo. Es más, este hecho sitúa a Isaac en un lugar mucho más propicio para el rechazo y antipatía de las audiencias, lo que ayuda a dotarle de mayor complejidad y riqueza de matices en su construcción como personaje.
Otra parte fundamental de la dinámica entre Isaac y Maeve es la exploración de su sexualidad, al desdibujar la creencia de que para conseguir placer es necesario una participación de los genitales como centro del acto sexual. De hecho, uno de los aspectos relevantes de la serie es justamente la manera en que el sexo, la sexualidad, el placer y el deseo de una persona con diversidad funcional se muestra de forma tan natural. Durante su relación con Isaac, Maeve se ve interesada en saber la forma en que su diversidad funcional interactúa o afecta su vida sexual, lo que él puede sentir y lo que él quiere que ella haga. Esto es importante, porque retrata, de forma positiva, la sexualidad de una persona adolescente y con diversidad funcional en una producción audiovisual y la presenta como persona pensante, sintiente, deseante, deseable y deseada. Asimismo, Sex Education muestra una relación con tensiones, contradicciones, amistad, sexo y ruptura, tal y como sucede con el resto de parejas que surgen en la serie.
Al introducir el personaje de Isaac, la serie aborda la forma en que el resto de personajes se aproximan a una persona con diversidad funcional. Isaac entiende la curiosidad de las demás personas por su diversidad funcional, pero también está dispuesto a hablar de este tema de forma abierta, sin que le genere incomodidad. Incluso son destacables las bromas con las que habla sobre ello.
La referencia al deseo, relacionado con la sexualidad y los afectos, es uno de los elementos esenciales para la construcción del personaje de Isaac como una persona igual que las demás que aparecen en la serie. La relación que se desarrolla como una amistad a lo largo de la segunda temporada empieza a transformarse en una interacción sexoafectiva entre los personajes a partir del inicio de la tercera.
Tal y como señalan Gómez y Boté (2020, p. 66), “somos seres sexuados desde el mismo momento que nacemos; sin embargo, durante demasiado tiempo a las personas con discapacidad se les ha negado su sexualidad, además de infantilizarlos”. Además, se reduce la idea de que las personas con diversidad funcional son “seres asexuados o seres sin sexo” (Arnau, 2018, p. 29). Como reivindicaba el actor español con diversidad funcional Telmo Irureta, tras recoger el premio Goya 2023 al Mejor Actor Revelación por su papel en La consagración de la primavera: “nosotros también existimos y nosotros también follamos” (2023).
En este sentido, una de las escenas más importantes para la representación del personaje de Isaac en una serie sobre sexualidad será la exploración sexual que se muestra en la T3E4, donde Isaac le cuenta a Maeve cómo estimular su cuerpo y sus gustos en el sexo. Si, como apuntan Le Feuvre y Calquín (2017, p. 166), la omisión de la sexualidad de las personas con diversidad funcional las desdibuja en una imagen etérea, de infantil ingenuidad o, por el contrario, las sitúa en la exacerbación y el descontrol, constituyen formas de opresión y exclusión de este colectivo, Sex Education apuesta por la visibilidad y naturalidad de los deseos presentando a Isaac como agente de su propio cuerpo y conocedor de sus derechos en temas de sexualidad.
Como destaca Arnau, en los “discursos dominantes y heteronormativos, la sexualidad de la persona con diversidad funcional es percibida principalmente de manera negativa, puesto que no es una sexualidad capacitista” (2018, p. 31). En este caso, la normatividad de los cuerpos y las habilidades es un reto que las personas con diversidad funcional deben enfrentar, no solo en el ámbito sexual, sino en todas las demás esferas sociales que atraviesan.
Por otro lado, Moordale se muestra como un espacio en el que se abre la posibilidad de una utopía crip o tullida, al presentarse como un lugar alejado de entornos ideados desde la perspectiva capacitista. Solo la casa de Otis presenta de forma evidente una barrera de acceso para Isaac. En cierto modo, una metáfora del espacio que Isaac ha de salvar para conquistar a Maeve y salir vencedor del duelo amoroso que se establece entre él y Otis en la segunda temporada. Por otro lado, y aunque la serie muestra en tiempo real cómo Isaac se mueve por la zona de caravanas en donde vive, no insistirá en exceso en las barreras arquitectónicas ni en las dificultades de movilidad del personaje.
Podría decirse que la serie no problematiza cuestiones estructurales sobre la creación de jerarquías de las personas de acuerdo con sus habilidades y capacidades en un sentido amplio, lo que no resta valor a apreciaciones como la que hace Isaac sobre las políticas de adopción: “las familias adoptivas nunca se quedan con el discapacitado” (T2E5). A pesar de esto, el universo de Sex Education y, específicamente, del Instituto Moordale plantean un escenario donde la igualdad e integración es un éxito consumado en la sociedad, situando las dificultades y violencias a las que se enfrenta Isaac como una excepción, más que como un problema social estructural.
Conclusiones
Como señalan Guzmán y Platero, “la visibilidad es una herramienta de resistencia” (2012, p. 2). En este sentido, el hecho de que Sex Education presente la historia de un adolescente con diversidad funcional y su camino hacia la vivencia de una vida sexual activa con otra persona es muy relevante para la transformación de las percepciones que las audiencias tienen sobre la diversidad funcional.
En cuanto a la hipótesis planteadas al inicio de la investigación, a tenor de lo expuesto en los resultados y la discusión, la serie Sex Education sí logra visibilizar, reivindicar y normalizar las necesidades afectivas y sexuales de la juventud con diversidad funcional a través de la construcción del personaje de Isaac y de la forma en que evoluciona junto al resto de personajes, especialmente con Maeve, en las distintas tramas afectivas, amorosas y sexuales. Esto lo logra en la medida en que las experiencias de Isaac se retratan de manera honesta y real. Isaac se presenta como un personaje contradictorio, humano y con las mismas preguntas, dudas, ansiedades, deseos y metas que los demás personajes de la serie. Sus tramas afectivas, amorosas y sexuales logran normalizar la faceta sexoafectiva y erótica en las personas con diversidad funcional.
Por otro lado, la serie no incurre en la infantilización, patologización o asexualidad de Isaac. Sex Education dota a las personas con diversidad funcional, representadas a través de Isaac, de un horizonte de posibilidad para amar y consumar relaciones sexuales. Asimismo, da ese horizonte de posibilidad a otro tipo de personajes sin diversidad funcional, para que, con total naturalidad, puedan enamorarse o despertar un deseo sexual hacia ellos. Un universo de posibilidad que dista del trágico final planteado por el drama romántico juvenil Antes de ti (2016), incluido en el catálogo de Netflix y que supone el antecedente más inmediato al estreno de Sex Education en el contexto británico.
Aún así, este reconocimiento de la sexualidad en las personas con diversidad no es suficiente. Es necesario incluir una atención integral para las personas con diversidad funcional, una despatologización de sus experiencias sexuales y procesos de educación sexual enfocados en las poblaciones con diversidad funcional y sus allegados (Camacho, 2015; Arnau, 2018). En este sentido, debe existir mayor representación de las personas con diversidad funcional y las experiencias que las atraviesan, incluida la sexualidad.
En este terreno, es destacable la importancia que Sex Education otorga a dicha representatividad, en tanto y en cuanto el personaje de Isaac es interpretado por un actor, George Robinson, que en la vida real carece de movilidad por debajo de su lesión en la médula espinal. A pesar de que cada vez son más las producciones que cuentan con un elenco de actores y actrices con diversidad funcional o intelectual para interpretar personajes de ficción –en los últimos años destacan casos como Ryan O’Connell en la serie Special o Telmo Irureta en la película La consagración de la primavera– todavía son habituales las producciones en las que personas sin diversidad funcional o intelectual interpretan dichos roles, como el caso de Alfred Thomas Highmore, en el papel de Shaun Murphy en The Good Doctor (ABC, 2017) o de tres de las cuatro protagonistas de Fácil (Movistar+, 2022).
El hecho de que Sex Education otorgue, entre todas las escenas sexoafectivas de la segunda y tercera temporada, la mayor duración a la mantenida entre Isaac y Maeve revela una posición clara sobre la importancia que adquiere esta relación en la pedagogía audiovisual que predica la serie sobre el sexo y el afecto fuera de la norma cisheteronormativa y capacitista.
No obstante, Isaac solo se convertirá en sujeto deseado tras un largo cortejo amoroso que provoca el estado de enamoramiento de Maeve. A diferencia de otros personajes que son sujetos deseados y deseables sin que intermedie necesariamente el amor entre ellos para que se propicie un contacto sexual, Isaac solo adquiere esta condición de sujeto deseado como consecuencia de una conexión más amorosa y afectiva que puramente sexual o de atracción física. Aunque queda clara la atracción que siente Isaac hacia Maeve, podría decirse que la escena que protagonizan es más fruto del amor que le profesa Maeve que de la atracción física que ella pueda sentir hacia él sin más. En este sentido, las experiencias de vida de Maeve, el tipo de relaciones sexoafectivas previas y su alto nivel cultural y compromiso feminista –aspectos planteados por la serie en los capítulos anteriores a su trama amorosa– hacen de Maeve un perfil poco común entre el resto de compañeros y compañeras de instituto, lo que dota de una mayor credibilidad al afecto y atracción que pueda sentir por Isaac.
Más allá de estos matices, la visibilización de la sexualidad de las personas con diversidad funcional –como sujetos tanto deseantes como deseables– que lleva a cabo Sex Education puede servir como una herramienta pedagógica y de agenciamiento frente a opresiones estructurales (Muyor y Alonso, 2018). Todo ello con el fin de que se les reconozca como personas con los mismos derechos sexuales, civiles y humanos que todos los demás.
Por otro lado, podría decirse que la serie plantea una visión utópica del mundo desde la perspectiva crip, en la que Isaac no se enfrenta a discriminaciones explícitas por parte de otros personajes a consecuencia de su diversidad funcional. En este sentido, en Sex Education la igualdad y la integración son dos factores que se entrelazan con las experiencias de Isaac, a pesar de que su vida se desarrolle en un mundo más amplio con una visión capacitista. En este sentido, Sex Education plantea una suerte de utopía crip donde Isaac, de forma explícita, en sus relaciones sociales y sexoafectivas no se enfrenta a ningún problema de discriminación por su diversidad funcional. De este modo, la serie plantea un escenario donde la igualdad y la integración constituyen un éxito consumado en la sociedad, lo que sitúa las dificultades y violencias a las que se enfrenta Isaac como una excepción, más que como un problema social estructural. En cualquier caso, cabe destacar que la representación positiva que plantea Sex Education resulta relevante para seguir trabajando por cambiar las percepciones acerca de quienes viven con diversidad funcional y la experimentan.
A pesar de que esta investigación presenta ciertas limitaciones, como la exploración de una sola serie y un solo personaje, el éxito internacional de esta producción audiovisual de Netflix (Zurian et al., 2021) justifica tomar a Isaac como ejemplo para entender la forma como se está representando la diversidad funcional en la actualidad en la ficción seriada, abriendo nuevas posibilidades de pensar e investigar las formas en que los medios de comunicación van construyendo narrativas específicas sobre las poblaciones. En concreto, sobre aquellas que viven con una diversidad funcional física o psíquica.
Notas
1 Otros trabajos de interés en cuanto a las distintas representaciones de personajes con diversidad funcional en el cine comercial son: Lucky Star (Frank Borzage, 1929), The Men (Fred Zinnemann, 1950), El regreso (Hal Ashby, 1978), El cazador (Michael Cimino, 1978), Nacido el 4 de Julio (Oliver Stone, 1989), Wild Wild West (Barry Sonnenfeld, 1999), El Protegido (M. Night Shyamalan, 2000), Doom (Andrzej Bartkowiak, 2005), Avatar (James Cameron, 2009), X Men (Bryan Singer, 2000; Bryan Singer, 2003; Brett Ratner, 2006, Matthew Vaughn, 2011; Simon Kinberg 2019), Glass (M. Night Shyamalan, 2019).
2 Aunque en las series de animación tenemos ejemplos tan tempranos como el caso de Clara en Heidi (1974), no será hasta los albores del siglo XX cuando la presencia sea cada vez mayor con la inclusión de personajes como Timmy en South Park (CBS, 1997-), la mamá de Mary en Bob Esponja (Nickelodeon, 1999-) o Joe Swanson en Family Guy (Fox, 1999-) entre otros.
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